Los de Abajo
■ Resistencia en Madera
En el municipio de Madera, Chihuahua (el mismo en el que hace 43 años Arturo Gámiz encabezó uno de los sucesos fundacionales de la guerrilla en el México del siglo XX), se resiste contra el despojo y la explotación perpetradas por las mineras Dolores y Sol de Oro, ambas de origen canadiense. Son 200 ejidatarios los que luchan por “el respeto a su territorio, a sus riquezas naturales, a la conservación de sus bosques y aguas y a su centro de población que tiene un valor histórico, pues conserva la escuela donde fue maestro Arturo Gámiz”.
La Minera Dolores está explotando a cielo abierto, mediante la lixiviación con residuos peligrosos, el mineral que contiene el territorio del ejido Huizopa. David de la Rosa, esposo de una de las ejidatarias y uno de los difusores de la lucha, relata que la empresa realizó un contrato “engañoso”, mediante “la compra de líderes corruptos y el pago de una cifra irrisoria a algunos ejidatarios”, con el que lograron un acuerdo para operar y un permiso condicionado de la Semarnat.
En 2007, la asamblea ejidal de Huizopa destituyó a sus líderes, desconoció el contrato firmado con las mineras y propuso a la Minera Dolores una nueva negociación que incluya a los ejidatarios como dueños de la tierra. Sin embargo, denuncian, la empresa incumplió algunos de los acuerdos logrados y está operando en el centro poblacional todavía habitado, tirando casas y enviando a las familias a vivir en un fraccionamiento con problemas de escasez de agua, en el que les impiden (a gente del campo) tener cualquier tipo de animales, además de que les cortan la luz a las nueve de la noche y, lo peor, “no les permiten salir después de esa hora, como en un campo de concentración”, relata David de la Rosa.
La minera Dolores está contaminando los manantiales y pozos de agua y, por lo mismo, ya se registró una intoxicación masiva, además de que instalaron una laguna de oxidación junto a las casas, poniendo en riesgo la salud de los pobladores. Todo esto provocó que el 24 de mayo pasado los ejidatarios iniciaran un plantón frente a la minera, con cuatro demandas específicas: respeto al ejido, respeto al centro de población, distribución de la riqueza y el compromiso de garantizar el cuidado ecológico de la región. La respuesta a la movilización llegó el martes 27, acompañada de policías federales y del Ejército, quienes, denuncian los ejidatarios, golpearon a las mujeres y detuvieron al presidente del comisariado y al secretario del ejido, a quienes posteriormente dejaron en libertad.
El plantón continúa, al igual que el hostigamiento policiaco y militar que pretende desalojar a los ejidatarios de sus propias tierras. Desde la tierra de Arturo Gámiz los ejidatarios resisten y llaman a la solidaridad.