■ Al espectáculo se agregó danza aérea y otros elementos escénicos
Regresa renovado y con fuerza única El show de los diez pianos
El pasado jueves comenzó la temporada de El show de los diez pianos, cuyos ejecutantes –todos maestros– son acompañados por el coro Renacimiento, integrado por 30 personas, en el Foro Scotiabank, en Polanco. “El espectáculo es tipo Las Vegas”, afirmó en entrevista el director musical, Francisco Ortega, quien subrayó que escuchar tal número de pianos “es una fuerza única, el logro de un sonido potente”.
Serán diez las funciones de este concepto musical que ha tenido exitosas presentaciones –con otros formato– en el Teatro de los Insurgentes, en 2003 y 2004. Carlos Herrera, productor, dijo que estuvieron ausentes un tiempo porque la empresa se dedicó a “buscar repertorio, elenco y darle un giro al show. Además de Renacimiento hay música de mariachi, bailables y vestidos multicolores. Se trata de renovarse o morir. Hay elementos comunes del montaje anterior, pero quienes lo conozcan ahora verán algo completamente renovado. Hay, inclusive, danza aérea”.
Entre los temas que se escuchan se encuentran Fortuna, de Carmina Burana; Por ella volaré, que han hecho famosa voces como la de Andrea Bocelli; fragmentos de la Novena sinfonía de Beethoven; Caminos de Michoacán, El niño perdido; un popurrí de música de Agustín Lara, y hasta las típicas de banda, como Pena tras pena, mezcladas con acompañamiento de mariachi.
Amplio repertorio
“El show dura casi dos horas. Los asistentes escuchan el dueto de la trompeta con el piano en El niño perdido –el trompetista toca en distintos puntos del foro, entre las mesas, lo cual aporta un elemento estereofónico–. Es un diálogo, y el sonido del piano no se pierde, para nada. En otros momentos predomina la orquestación. Tratamos de mostrar un poco de todo. Creemos que el público idóneo para este espectáculo es aquel que desea escuchar el sonido universal del piano. Hoy lo comprobamos.
“Este no es un concierto de piano para oír piezas de Rachmaninof, aunque los diez maestros que están en el escenario son capaces de interpretarlas, sin duda. Sí hay algo de Chopin, pero es (la función) apta para quien conoce o no de conciertos. Se trata de que la gente salga contenta. Se podrá escuchar lo nuevo y lo específico de este show, que nació hace cinco años.” Los pianos refulgen, irradian haces por todas las esquinas del Scotiabank.
“Diez pianos son poderosos; me pusieron a sufrir con lo de los arreglos, pero lo hicimos –agregó el director musical–. Dentro de un mundo que nos ofrece lo mismo, con una serie de propuestas trilladas, puede ser interesante llevarse está música interpretada con el corazón”, precisó.