■ La desilusión provocó conatos de bronca entre aficionados afuera del estadio Azul
No será fácil que me quede en el equipo: Markarián
Torreón, Coah., 1º de junio. “Mi equipo no es menos que el campeón”, expresó el timonel Sergio Markarián, quien dijo estar sereno por lo que realizó su escuadra en la final y se mostró dispuesto a mantenerse en el Cruz Azul, pero advirtió que “no va a ser fácil.
“Estoy tranquilo porque hicimos todo. Felicito al rival y a mis jugadores por el esfuerzo que hicieron; no son menos que el campeón, así que estoy muy tranquilo con un resumen de un año que se sintetiza en cuatro torneos, una copa que ganamos en Estados Unidos, un primer torneo del que fuimos campeón: la Copa Panamericana, en la final con el Boca Juniors; un segundo torneo donde llegamos a cuartos y perdimos, no fue bueno”, dijo a manera de balance.
Aseguró que fue un año muy difícil, de transiciones, pero destacó que “el equipo rindió por encima de lo que todos esperaban, fueron 31 puntos y perdimos con mucha dignidad. Doy las gracias al Cruz Azul por la oportunidad, a toda la familia Álvarez, gracias a México. Terminó mi contrato, no sé si me quede, tendremos una reunión y no descarto (la continuidad), pero tampoco digo que está hecho. Na va a ser fácil (quedarme), no va a ser fácil”.
Por su parte, el vicepresidente Alfredo Álvarez Cuevas informó que el estratega se quedará en México toda la semana para arreglar los detalles sobre su continuidad.
“Él está interesado en seguir bajo condiciones que definiremos de manera conjunta. La intención es retenerlo, no al precio que sea. Lo importante es definir la forma en que se va a devengar cualquier percepción. Se le pedirá una serie de resultados –que ya los ha dado–, pero tanto él como nosotros pensamos en otro nivel y dimensiones”, explicó.
A su vez, el paraguayo Christian Riveros se mostró triste porque “queríamos otorgar alegría a la gente, pero no se nos dio”; sin embargo, resaltó el futuro de la escuadra celeste, “con futbolistas procedentes de la cantera, lo que es muy bueno. Este año hubo mucha ganancia con jugadores que adquirieron experiencia”.
Jaime Lozano se mostró triste, a pesar de su anotación, porque “no te sabe igual; no sirvió para nada”, pero observó que a pesar de la derrota “el futuro del equipo hoy es esperanzador”.
Ánimos caldeados
Casi un centenar de entusiastas aficionados del Cruz Azul apoyaron, a la distancia, desde el estadio Azul, con cánticos y porras a su equipo, pero al final la decepción de la derrota causó algunas peleas, lo que no pasó a mayores debido a la intervención de la policía.
Aficionados de La Máquina se reunieron en el estadio Azul, ya que se había programado la instalación de pantallas gigantes dentro del inmueble para seguir de cerca la final, pero las autoridades de la delegación Benito Juárez no dieron el permiso respectivo.
Algunos fanáticos decidieron quedarse en los alrededores para observar el juego en pequeñas pantallas de televisión instaladas en algunos puestos de comida.
Al final del encuentro, ya algo alegres por lo que bebieron, los fanáticos comenzaron a gritar improperios y a discutir entre sí. Ése fue el detonante para que uno de los más alborotados comenzara a insultar a las personas que se encontraban cerca, lo cual casi provoca una gresca, que se suspendió cuando en las pantallas se escuchó el silbatazo final.
Un comensal, envalentonado, al ver la tristeza –y en algunos el llanto– de los seguidores cementeros se atrevió a gritar: “¡para que se les quite lo corriente, arriba el América!”, lo que volvió a encender la mecha para comenzar primero con los insultos y después a algunos golpes que no llegaron a mayores.
Algunos elementos de la Secretaría de Protección y Vialidad que normalmente están afuera de la Plaza de Toros se dieron cuenta del intento de trifulca, pero su sola presencia calmó los ánimos.