Genoma, clonación y algo más
La ciencia evoluciona con tal rapidez y diversidad de idiomas que ha dado lugar a una auténtica Torre de Babel, en la que una persona ajena no puede entender la variedad de lenguajes que surgen de cada campo del conocimiento. Pero no hay que sentirse mal, pues la incomprensión se presenta entre los propios especialistas: un bioquímico, por ejemplo, difícilmente entiende de lo que habla un astrónomo y a la inversa. Por esta razón resulta de la mayor importancia la labor que realizan algunos científicos, orientada a difundir los conocimientos entre el público no especializado.
La semana pasada se presentó Así estamos hechos… ¿cómo somos? De la lectura del genoma a la clonación humana, libro en el que su autora, Esther Orozco, hace un recorrido por uno de los temas más complejos e importantes de nuestro tiempo: la genética humana. En el volumen de 236 páginas se plantean preguntas centrales desde el punto de vista de la biología: ¿de qué estamos hechos? ¿Cómo somos? ¿Qué es el genoma? ¿Qué son los organismos transgénicos? ¿Qué son las células madres o troncales? ¿En qué consiste la clonación humana? En el prólogo, Orozco imagina un lector que puede ser un estudiante de secundaria, de preparatoria, de una carrera profesional o cualquier persona interesada en estos temas.
El espectro de lectores abarca también a los especialistas. Leí la obra el fin de semana y creo que tiene varios niveles. Por un lado, proporciona todas las pistas para entender cabalmente la genética humana, desde Darwin y Mendel –y aun antes– hasta Wilmut y la oveja Dolly, pasando por Watson y Crick, Craig Venter y el proyecto del genoma humano. Por otra parte, si bien los temas están explicados de forma simple y amena, hay aspectos de gran complejidad que requieren mayor reflexión y son una invitación a profundizar en algunas materias, lo que considero uno de sus méritos.
El libro tiene una característica importante: en todos los capítulos la autora toma una postura que muestra un compromiso frente a los diversos tópicos a los que dirige su mirada. Por ejemplo, rechaza el determinismo al referirse a las bases genéticas de la diferenciación sexual y afirma: “El cariotipo puede definir los cromosomas X o Y en un individuo, pero ser hombre o mujer es un hecho social mucho más complejo”. O también: “La mayoría de los rasgos, aunque estén inscritos en el genoma, pueden ser potenciados, disminuidos o hasta cambiados por el medio ambiente”. Sobre el papel de las mujeres en la ciencia pone de relieve el trabajo de Marie Curie, Rosalynd Franklin y Barbara MacClintok y señala: “… Cada día más mujeres se dedican a la ciencia, aunque frecuentemente realizan su actividad en condiciones de desventaja con respecto a las de los hombres”.
Hay unos capítulos muy bien logrados, pues explica de manera excelente aspectos tan complicados como los mensajes ocultos en la síntesis de proteínas, o los métodos de secuenciación del ácido desoxirribonucleico (ADN), lo que permite la comprensión de los conceptos principales y las metodologías empleadas en el estudio del genoma.
El texto está estructurado en tres partes. En la primera, a la que dedica la mayor atención por su complejidad, explica los antecedentes y el desarrollo de las investigaciones que condujeron a dilucidar la estructura completa del genoma humano. La segunda aborda los diversos aspectos en los que los avances en la genética influyen en la vida cotidiana y en las preocupaciones de las sociedades actuales, como es la identificación del parentesco mediante el análisis del ADN, o su empleo en estudios de las migraciones humanas e incluso en la criminología. Especial atención reciben los alimentos transgénicos y la clonación humana. En estos casos su postura es crítica, pero al mismo tiempo abierta, pues considera que México no debe quedar al margen de la investigación en estos campos, pues es lo que permitirá entenderlos mejor y tomar las decisiones más adecuadas.
El libro concluye con una mirada a la ciencia en la que Esther Orozco, quien actualmente dirige el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, desarrolla sus ideas en el área de la política científica. En esta parte de la obra toca temas como la necesidad de contar con políticas de largo plazo, analiza el papel de los empresarios y los funcionarios de las instituciones de investigación, aborda la educación científica y la necesidad de impulsar proyectos conjuntos entre las naciones latinoamericanas. Al referirse al papel de los científicos dice: “Muchos científicos rehúsan tomar posiciones en los sucesos sociales y políticos del país. Esto nos convierte en un grupo silente. No hay que olvidar que afuera del laboratorio existe el mundo. Se necesita nuestra voz…”
Así estamos hechos… ¿cómo somos? De la lectura del genoma a la clonación humana está editado por el Fondo de Cultura Económica y se encuentra ya en las librerías.