■ Rebasada, la estructura actual; se requieren más recursos: Veites
Plantean a diputados un panorama adverso para atender a los ancianos
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Mantener la actual estructura operativa generará más afectaciones que beneficios, pues “de por sí es complejo visitar los domicilios de los viejitos”, expuso ante legisladores la titular del Instituto para la Atención de Adultos Mayores en el Distrito Federal, Elsa Veites
Foto: José Carlo González
El programa de pensión alimentaria para personas mayores de 70 años que impulsa el gobierno capitalino avanza con muchas dificultades operativas. En el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores (IAAM) en el Distrito Federal, responsable de su aplicación, se cuenta con sólo 40 médicos para atender a 418 mil ancianos empadronados; tres empleados administrativos tienen bajo su responsabilidad el control de casi 4 mil millones de pesos; el equipo de cómputo obsoleto; sus espacios físicos son “verdaderamente deplorables”; el mobiliario es casi inexistente y, sobre todo, se cuenta con una planta laboral (educadoras, capacitadores y coordinadores) que desde 2001 no se ha incrementado, aunque el número de beneficiarios a la fecha prácticamente se duplicó.
Así lo detalló la titular del instituto, Elsa Veites Alvarado, durante una reunión de trabajo con los diputados de la Comisión de Desarrollo Social de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), ante quienes expuso las consecuencias que tendría el aprobar en estos momentos la iniciativa para ampliar la pensión alimentaria a capitalinos de 65 años en adelante, y no sólo a partir de los 70 , como hoy en día opera.
De entrada, la funcionaria detalló que en el ámbito presupuestal, ampliar a esos niveles los apoyos económicos requeriría incrementar los recursos públicos en más de 2 mil millones de pesos, pues pasarían de los 3 mil 982 millones que tienen asignados este año para beneficiar a 418 mil personas, a los 6 mil 73 milllones para 2009, que ayudaría a dar la pensión universal a 654 mil 825 ancianos que habría en esta ciudad en el rango de edad de 65 años y más.
No sólo eso, pidió tomar en cuenta que ampliar la cobertura de la pensión alimentaria y mantener la estructura operativa igual, generarán más afectaciones que beneficios, pues “de por sí ya es complejo visitar los domicilios de los viejitos, y si al principio cada educadora tenía bajo su responsabilidad la atención de 250 adultos mayores, ahora, como en la delegación Benito Juárez, les tocan 900”.
Entonces, dijo, si se da el apoyo económico a partir de los de 65 años tendríamos, por lo menos, que duplicar el personal operativo, que hoy es de mil 300, cuadruplicar la cantidad de médicos, aumentar las instalaciones y el equipo tecnológico, además del mobiliario, pues hay casos de “compañeras que deben comprar sus propias sillas”.
En respuesta, los diputados locales solicitaron a la funcionaria del gobierno local que les presente sus requerimientos económicos, humanos y materiales para incluirlos en el presupuesto del gobierno capitalino para el año próximo.