■ Festeja tres décadas la organización de escuelas acuáticas
Educador, antes que empresario y dirigente: Nelson Vargas
■ Extrajo al Tibio Muñoz y lo condujo al oro olímpico en México 68
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Nelson Vargas, con su hijo del mismo nombre
Foto: Notimex
“Docente, educador, más que nada”, por encima de sus alcances como empresario y dirigente deportivo, así se define el profesor Nelson Vargas, cuya organización, actualmente diversificada en más de 30 disciplinas, cumple este miércoles tres décadas.
La historia en las albercas mexicanas se inició en 1958, cuando a los 16 años Vargas Basáñez, mientras estudiaba en la Escuela Nacional de Educación Física (ENED), trabajó en la enseñanza de natación a niños en el deportivo Vanguardias (Colonia Roma).
Era una especie de “juegos para los chamaquitos, entre ellos Felipe Tibio Muñoz”, a quien conduciría a la medalla de oro en los Juegos Olímpicos México 68 como asistente del estadunidense Ronald Johnson.
“Mi primera ilusión grande fue tener una escuela propia”, afirma Vargas, quien durante la entrevista con La Jornada haría el recuento de los proyectos realizados que, además de los propios, sumó en diversas trincheras de la administración deportiva.
Desde la construcción del Centro de Actividades Acuáticas de Alto Nivel (CAAN), en la Unidad Morelos del IMSS, hasta el Centro Nacional de Alto Rendimiento, que incluye educación de primaria a media superior para los deportistas, con el que en 2006 cerró su gestión al frente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte.
“Había una gran necesidad de que la gente aprendiera a nadar”, asienta al recordar sus inicios como entrenador. “Me di cuenta en el Seguro Social, porque iban miles de personas y había un solo maestro, que era yo.
“De seis horas a la semana, que era el tiempo oficial, trabajaba 20 diarias. Así de sencillo”, apunta quien es recordado por innumerables nadadores a quienes despertaba a las 4 de la madrugada para entrenar.
Sin abandonar las labores en la Unidad Morelos, Vargas se trasladó a la entonces prolífera colonia Lindavista. Rentó primero la piscina de una casa, pero fue en 1978 la inauguración de la primera Acuática. Había adquirido un terreno aledaño a una escuela, cuyo propietario, Manuel Ovalle, se lo ofreció para pagar en plazos.
“Me tardé como cuatro años (en hacerla) y no me dediqué por completo a esto porque yo seguía trabajando”, señala Vargas, quien en esa época era director de Desarrollo en la Subsecretaría del Deporte, cuya desaparición lo llevó a concentrarse en sus escuelas.
Primero Lindavista, y luego la escuela y el Centro de Alto Rendimiento en Villa Coapa, crecían como empresa familiar que se extendió a 11 centros Nelson Vargas en esta ciudad, Aguascalientes, Puebla, Querétaro y San Luis Potosí, la mayoría con la arquitectura de su hermano Rubén.
Siempre crítico hacia el hecho de que una asociación civil, el Comité Olímpico Mexicano (COM), dirigiera las políticas del deporte nacional, Vargas festeja la creación, hacia finales de los 80, de la Conade, la cual encabezó el sexenio anterior, lapso en el que se mantuvo al margen de la organización Nelson Vargas, de la que ahora es presidente honorario y conduce su primogénito Nelson Vargas Escalera.
El sistema de desarrollo de nadadores ha aportado a ocho olímpicos a partir de Barcelona 92, con 34 preseas en Centroamericanos y seleccionados para todas las ediciones de Panamericanos. Rumbo a Pekín 2008, Nelson Vargas Family Fitness estará representada por la pechista Fernanda González y el mariposista Juan José Veloz.
Las distinciones, como el Premio Nacional de Deportes que ganó la Federación Mexicana de Natación, a su cargo en 1982, son parte de la historia.
Lo que persiste es la falta de entrenadores, que lamenta, y es tal vez el mayor rezago del deporte mexicano, por lo que continúa con la organización de clínicas y permanente capacitación de técnicos.