■ Exige un esfuerzo financiero por 20 mil mdd anuales para enfrentar la carestía
“No se puede fracasar” ante la crisis alimentaria mundial: ONU
■ Representantes de 193 naciones debaten en Roma un plan de acción contra las hambrunas
■ Insta el Banco Mundial a suprimir las barreras comerciales a las exportaciones
Ampliar la imagen Un pescador arroja una bandera, durante una protesta frente a la sede de la Comisión Europea, en Bruselas. Pescadores de Francia, Italia y otros países expresaron su ira por los elevados precios de los combustibles y demandaron el apoyo de la Unión Europea Foto: Reuters
Roma, 4 de junio. La Organización de Naciones Unidas (ONU) y el Banco Mundial (BM) expusieron sus planes para contener la crisis alimentaria mundial y movilizar urgentemente los fondos necesarios. El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, advirtió que el mundo “no puede fracasar” ante la grave crisis actual, y exigió un esfuerzo financiero de 15 mil a 20 mil millones de dólares anuales para aliviarla, mientras el presidente del BM, Robert Zoellick, instó a suprimir las barreras comerciales a las exportaciones que, dijo, estimulan el aumento del precio de los alimentos y golpean a las poblaciones más pobres del planeta.
“No podemos fracasar. Es una lucha que no podemos perder; el hambre crea inestabilidad y tenemos que reaccionar unidos e inmediatamente. Un plan de acción debe ponerse en marcha urgentemente, millones de personas no esperan”, advirtió Ban durante el segundo día de la cumbre convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), luego que las subidas en los precios de los alimentos amenazaron con sumar hasta 100 millones de personas a las 850 millones que ya sufren hambre en el mundo.
La ONU considera que se necesita un esfuerzo financiero de 15 mil a 20 mil millones de dólares al año para combatir la escalada de los precios, la mayor de las últimas tres décadas. Jefes de Estado y de gobierno y representantes de 193 países debaten desde el martes y hasta este jueves en la sede de la FAO, en Roma, un plan de acción contra las nuevas olas de hambrunas que azotan a países de África, Asia y América Latina por la escalada del precio de los alimentos.
Para el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, es urgente suprimir las barreras comerciales a las exportaciones. Se requiere “que se eliminen las restricciones y las barreras aduaneras a las exportaciones. Esos controles alientan la subida de los precios y afectan a las poblaciones más pobres del planeta que luchan por los alimentos”.
El pedido fue apoyado por buena parte de los países latinoamericanos, entre ellos Brasil y Argentina, dos grandes potencias agrícolas, que reiteraron sus críticas en la cumbre al “proteccionismo” de Europa y Estados Unidos. El jefe del Banco Mundial presentó un programa de diez puntos para combatir las hambrunas y convertir los precios elevados de los alimentos en una oportunidad para desarrollar la agricultura mundial.
Los organismos internacionales coinciden en considerar grave y urgente la actual crisis alimentaria que arrastra a unos 100 millones de personas al umbral de la desnutrición. Como respuesta, el Banco Islámico de Desarrollo anunció la donación de mil 500 millones de dólares para programas de ayuda alimentaria. La FAO dio el ejemplo al desbloquear 17 millones de dólares para necesidades inmediatas de los campesinos de los países más pobres.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció también que otorgará ayuda por mil 200 millones de dólares para adquirir alimentos en 62 países pobres, entre ellos Haití, Somalia y Etiopía, que se encuentran entre los más afectados por las hambrunas.
Haití, uno de los países americanos más afectados por las alzas de los alimentos y las hambrunas, urgió a los países donantes a ser “más solidarios”.
En la cumbre ya se prepara el borrador sobre el plan de emergencia para recortar las barreras comerciales e invertir en agricultura de los países pobres, que además promete una “revolución verde” en África. La Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA, por sus siglas en inglés), impulsada por el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, expuso: “Esperamos promover una revolución verde en África, que respete la biodiversidad y las distintas regiones del continente”, dijo Annan en un comunicado.
La “unidad de crisis” formada por los jefes de las agencias de Naciones Unidas y las instituciones económicas internacionales trata de conjuntar las propuestas de las entidades en el “plan de acción global”, que deberá ser ratificado por los países más industrializados del G-8 que se celebrarán en julio en Japón.
El coordinador de la unidad, John Holmes, dijo que existe “un amplio consenso” entre los países sobre las soluciones a adoptar, sobre todo la de incrementar la producción agrícola, sostenida durante años por las entidades internacionales. Pero la manera con la que se debe incrementar tal producción constituye uno de los puntos que dificultan la cumbre, ya que están en juego intereses enfrentados, desde la producción de semillas genéticamente modificadas, hasta la políticas comerciales y la fabricación de los biocombustibles. La conferencia mundial de alimentos concluirá este jueves con un documento de clausura.