■ La cantidad de desechos detectados no implica riesgo ambiental, indica en un estudio
Admite Pemex que suelo de la ex refinería está contaminado
■ La presencia de tetraetilo de plomo, debido posiblemente a tres grandes contenedores que estuvieron enterrados hasta 2001, señala
■ Localizan más residuos a 8 metros de profundidad
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Recorrido por los terrenos de la ex refinería de Azcapotzalco, el 23 de mayo de 2007, cuando se anunció la construcción del Parque del Bicentenario
Foto: Guillermo Sologuren
Petróleos Mexicanos (Pemex) admitió que los terrenos en los que se asentó durante 58 años la Refinería 18 de Marzo, en Azcapotzalco, están contaminados con plomo, debido posiblemente a tres grandes contenedores que estuvieron enterrados durante muchos años, cuya presencia se desconocía y apenas en 2001 se detectaron y destruyeron.
Un informe elaborado por la paraestatal y entregado a la Asamblea Legislativa, vía la Secretaría de Gobernación, precisa que en aquel año se localizaron al menos tres recipientes metálicos “con altas posibilidades” de que contuvieran tetraetilo de plomo.
El documento –de 12 páginas y del cual se dio cuenta ayer a la Diputación Permanente– detalla que “en mayo de 2001 se detectó, durante los trabajos de remoción de escombros, un recipiente hermético sin fugas o escurrimientos, con las siguientes características: metálico, cilíndrico, tipo salchicha, de aproximadamente 10 metros de largo y 1.5 metros de diámetro, que podría contener tetraetilo de plomo (TEL, por sus siglas en inglés), por lo que se procedió a su análisis”.
Abunda el texto que luego de este hallazgo se solicitó al Instituto de Geología de la Universidad Nacional un estudio específico que incluyera la detección, por medios geofísicos, de la existencia de recipientes enterrados en toda el área que ocupaba la refinería, encontrándose en octubre de 2001, por el procedimiento antes indicado, dos recipientes adicionales, con altas posibilidades de que contuvieran TEL.
Según se informa, los compuestos presentes en el interior de los cilindros, por el tiempo que permanecieron en el subsuelo, se clasificaron como lodos plomizos, mismos que fueron enviados a destrucción térmica, mientras que los recipientes fueron neutralizados y desmantelados para su venta como chatarra.
Pemex subraya que a fin de determinar si hubo alguna fuga del producto de los contenedores se realizó un muestreo de suelos en las áreas aledañas a donde estaban enterrados esos cilindros, y como resultado de los análisis se detectó la presencia de plomo.
Y así lo resume: “se encontró que las concentraciones de plomo están notablemente por debajo de los 100mg/kg, lo cual no representa perjuicio para el ambiente”.
El documento entregado a la ALDF responde a un punto de acuerdo promovido por el diputado del PRD Enrique Vargas, por el que se pidió a Pemex y a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales información sobre las acciones para limpiar el terreno de la ex refinería, que en 1991 dejó de realizar actividades de refinación, almacenamiento y distribución de productos petrolíferos.
Más adelante, se citan los resultados de evaluaciones de riesgo realizadas por el Instituto Mexicano del Petróleo y la Universidad de Aguascalientes, según los cuales, de las siete zonas en que se dividió el terreno para dicho análisis, tres (2, 3 y 4, que integran cerca de 25 por ciento) “no presentan problemas de contaminación por hidrocarburos”, pero la 5, 6 y 7 “presentan mayor complejidad al existir compuestos como benceno, que se ubican a profundidades que van hasta los ocho metros”.
A la par, ennumera las acciones que se realizan para limpiar ese terreno.