Usted está aquí: jueves 5 de junio de 2008 Sociedad y Justicia Con “escasos resultados”, México festeja el día mundial del ambiente

■ Se habló de cero tolerancia a la tala, pero se sataniza a campesinos y se permite el tráfico de madera

Con “escasos resultados”, México festeja el día mundial del ambiente

■ Aún se desconoce si funcionó la plantación de 250 millones de árboles en 2007, destacan expertos

■ Difícil, aplicar el programa contra el cambio climático si no se le destinan recursos

Angélica Enciso L.

Ampliar la imagen Manifestación en el Zócalo capitalino con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente Manifestación en el Zócalo capitalino con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente Foto: Yazmín Ortega Cortés

La celebración del Día Mundial del Medio Ambiente se da en México en medio del rezago en la materia, incluso en los temas que el gobierno federal ha señalado como prioritarios, como el cambio climático y los bosques.

Así, se desconocen los resultados de la plantación de 250 millones de árboles durante 2007, el programa “cero tolerancia” contra la tala ha sido ineficaz y la estrategia nacional ante el calentamiento global quedó en el aire, ya que carece de presupuesto y metas, señalan especialistas.

El lema de la Organización de Naciones Unidas (ONU) ¡Deja el hábito! Hacia una economía baja en carbono –para la conmemoración de hoy– hace referencia al alto consumo de combustibles fósiles y al carbono que se genera por la deforestación, ya que se calcula que de ésta proviene 20 por ciento del total.

Estima que la dependencia de energía basada en dicho mineral ha producido acumulación de gases de efecto invernadero y advierte que en los trópicos se talan valiosos bosques para la producción de madera y papel, crear tierras de pastoreo, áreas cultivables y dar paso a plantaciones destinadas a biocombustibles.

Se prevé que hoy la ONU presente información sobre la certificación de Pro árbol correspondiente al año pasado, aunque expertos sostienen que los avances son limitados, frente a una deforestación de alrededor de 600 mil hectáreas al año.

En un análisis, el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible indica que “el programa ha sido muy debatido por diversos actores sociales involucrados en el sector, debido a que se ha enfocado a cumplir las metas de arbolitos sembrados, sin poner suficiente atención a las particularidades ecológicas, económicas y sociales de las regiones, además de que se ha puesto en duda su impacto en la conservación y restauración de los ecosistemas forestales”.

Contradicción de cifras

En relación con el programa “cero tolerancia”, indica que se estableció para hacer frente a la creciente tala clandestina y a los conflictos agrarios en Michoacán, el estado de México y Morelos, pero “los resultados no han sido alentadores, pues además de la contradicción de cifras entre las procuradurías General de la República y Federal del Medio Ambiente, así como de la Secretaría de Seguridad Pública, el mercado ilegal de madera sigue extendiéndose”.

Señala que se “persigue y sataniza a los campesinos por cortar árboles para su subsistencia, pero se mantiene el tráfico ilegal de 7 millones de metros cúbicos anuales de madera, que se distribuyen sin ningún problema en las zonas urbanas, con un mercado clandestino mayor a 4 mil millones de pesos”.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo señala que la pérdida de los servicios provistos por los ecosistemas constituye una barrera importante para el logro de los Objetivos del Milenio de reducir la pobreza, el hambre y las enfermedades.

En relación con la Estrategia Nacional de Cambio Climático que se presentó el año pasado, María Amparo Martínez, secretaría académica del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, considera que de no ir acompañada de recursos y con la definición de las etapas en que se llevará a cabo, es difícil darle seguimiento.

Destaca que “el cambio climático, como uno de los temas más importantes del sector ambiental, es transversal, y si no está en las distintas dependencias, como Energía, Salud, Turismo y Comunicaciones y Transportes, es difícil pensar que tendrá viabilidad; el problema es que pareciera que es un asunto del futuro, cuando ya está”.

Refiere que falta actuar con más certeza y empezar a reducir la vulnerabilidad; “ya hay conocimiento, por lo que el problema no es científico, sino de voluntad política, ya que no basta con declaraciones, hay que establecer los primeros pasos, y es lo que aún esperamos que se diga”.

El retraso en la aplicación de medidas que se prevé serán planteadas en el Plan Nacional de Cambio Climático que está en consulta, “implica que en este momento no se tiene conocimiento adecuado sobre la vulnerabilidad de distintas zonas, lo tenemos en general, por lo que las investigaciones deben hacerse de manera más detallada con los actores locales para reducir la vulnerabilidad y fortalecer la capacidad de respuesta de las poblaciones ante fenómenos climáticos que cada vez serán más distintos”.

 
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