■ El contrabajista se presenta mañana en el Lunario y el sábado en el Zinco Jazz Club

Resurgen la conciencia política y la defensa de los derechos civiles en EU: McBride

Pablo Espinosa

El maestro Christian McBride es a sus 36 años –que cumplió hace seis días– una de las personalidades más importantes de la nueva cultura jazz.

La víspera de su cumpleaños estrenó una gran obra sinfónico-coral donde mezcló gospel con la gran tradición occidental clásica pero sobre todo versos en defensa de los derechos civiles.

El concierto, que formó parte de su labor como integrante del comité artístico de la Filarmónica de Los Ángeles, estuvo dedicado a honrar y difundir la obra de Rosa Parks, Malcolm X y Martin Luther King.

Dijo McBride en entrevista a La Jornada: vivimos un resurgimiento de la conciencia política y la defensa de los derechos civiles en Estados Unidos.

Al frente de su banda, conformada por el saxofonista Ron Blake, el pianista Geoffrey Keezer, el percusionista Terreon Gully, además del propio McBride en el contrabajo, se presenta la noche del viernes en el Lunario del Auditorio Nacional y la noche de este sábado en el Zinco Jazz Club del Centro Histórico.

Tres gigantes de la esperanza

Momentos antes de abordar el avión en Nueva York con destino a México, el maestro McBride tomó el teléfono para conceder la siguiente entrevista a este periódico:

–¿Qué unifica a esta nueva familia del jazz, esta generación joven de la que usted forma parte?

–Son varios valores, en especial mi generación, que comparto con Joshua Redman, Brad Meldhau y otros grandes músicos, y que nos diferencia de otras generaciones es nuestra atención al jazz clásico y de asimilar influencias inclusive del rock y del hip hop.

“Me parece que somos la primera generación con la capacidad de balance y equilibrio entre esas fuentes de influencia. Nos distingue también la voluntad de restaurar la grandeza del jazz tradicional para que los otros integrantes de nuestra generación puedan disfrutar de ese tesoro cultural como nosotros lo hacemos.”

–¿Qué secuelas busca el concierto con fines abiertamente de reivindicación social que presentó hace unos días en la sala Walt Disney de la Filarmónica de Los Ángeles, en defensa de los derechos civiles?

–Parks, Malcolm X y Luther King ejercieron su influencia en los años 50 y 60, fueron gigantes de la esperanza y de las nuevas ideas, especialmente para la población negra y me parece fundamental que las nuevas generaciones investiguemos, estudiemos y asimilemos todas aquellas enseñanzas y de qué manera conformaron una nueva cultura no sólo para la sociedad estadunidense sino que su influencia permeó a la humanidad entera, en particular Malcolm X porque tuvo la visión de aglutinar en su lucha la problemática común de muchos pueblos oprimidos en el mundo, espejeando la propia situación de la población negra en Estados Unidos.

–¿Qué opinión tiene de la situación actual de esos derechos?

–Se nota un resurgimiento de personas pensantes y con conciencia política, de manera semejante a cuando aquellas personas que mencioné antes lograron un cambio hace 40 años.

–La presunta es obligada: ¿Y Barak Obama?

–Su surgimiento coincide con mi anterior respuesta. La gente lo quiere porque parece ofrecer lo que la sociedad necesita, además de que se comporta como ser humano y no como un político. Lo que necesitamos es nuevas ideas y nuevas formas de liderazgo.

–¿El pensamiento político influye en el pensamiento musical?

–Desde luego, hay muchos músicos comprometidos con lo que sucede en su alrededor. El concierto de la semana pasada con la Filarmónica de Los Ángeles es un buen ejemplo de cómo los músicos podemos involucrarnos todavía más con la sociedad de la que formamos parte. No somos entes aislados, no hacemos arte abstracto, nuestros sonidos reflejan nuestros pensamientos. Lo que nos interesa es un nuevo estado de cosas, un mundo mejor.