Del horror de sobrevivir
Por Joaquín
Hurtado
El mundo es para los vivos,
ni modo que esto sea cuento.
canta Isaías Lucero
I. Santuario del cine porno. Ando al acecho,
feroz por la gracia recibida.
II. Con la maldición hay culpa, miedo, vergüenza.
Después ruñe la soledad. Rechinan los
huesos. Sólo la orgía salva.
IV. Llevaba la precisa relación de los caídos.
Perdí la cuenta en la embriaguez de un
cuarto oscuro.
Una mariposita con lipodistrofia es,
invariablemente, un gusano. De cajón.
V. Charros en bicicleta, escarabajos verdes
de junio, compadritos recién llegados
al festín grotesco; los de mi linaje los esperamos
desde siempre en la payasada del
escondrijo.
VI. El bareback es la belleza de la bestia.
VII. Con los años he adquirido un nuevo
y refinado aprendizaje: regresar yo solito del
sepulcro.
VIII. Irritante espera de la catástrofe. Y
apenas pasó lo peor.
IX.Mi sangre es la mala leche de mi sangre.
X. Un espeso coágulo en el inodoro, nata
fresca del cuerpo expoliado. Un remolino
se lleva el tejido remendado con preciosos
hilos moleculares: Efavirenz, Ziagenavir, Zerit.
Zumba la zeta en mi panza.
Para Guillermo Meléndez
centella en mi tonsura
|