No hay manera que el Estado pierda esta batalla: PGR
La participación del Ejército en la lucha contra el crimen organizado es indispensable, temporal y diseñada de tal suerte que se minimicen los riesgos; “no hay manera” de que el Estado pierda esta batalla, afirmó el titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Eduardo Medina Mora.
El procurador aseguró, durante una entrevista radiofónica, que en lo que va de la administración de Felipe Calderón, el gobierno federal ha incautado 55 toneladas de cocaína; 42 toneladas de precursores químicos para metanfetaminas, “además de haber desarticulado la organización criminal más importante del hemisferio occidental, que introducía a nuestro país, hasta el año 2006, más de 100 toneladas de seudoefedrina”.
Asimismo, señaló que se han incautado 2 mil 805 toneladas de marihuana, 13 mil 500 armas, de ellas, 8 mil 216 largas, casi 900 granadas y 1.5 millones de municiones; 7 mil 402 vehículos y 263 aeronaves, 260 millones de dólares y 91 millones de pesos. El funcionario explicó que tan solo en el operativo Culiacán-Navolato, en Sinaloa, “se han asegurado 11.2 millones de dólares en efectivo”.
En cuanto a extradiciones, se entregaron a autoridades de otras naciones a 129 de personas, de las cuales 123 fueron a Estados Unidos. En contra de los detenidos en la lucha contra el narcotráfico se han abierto juicios a 26 mil personas, de ellos, 18 mil por delitos contra la salud.
Sobre el papel de las fuerzas armadas, Medina Mora indicó: “se requería usar todos los recursos al alcance del Estado, y el Ejército, una institución tan sólida y tan respetada como es para los mexicanos, evidentemente ha jugado un papel muy destacado.
“La participación del Ejército es indispensable, temporal y evidentemente está diseñada de tal suerte que se minimicen los riesgos. ¿Cómo se hace esto?, pues se despliegan fuerzas que no son locales, tanto de la policía federal como del Ejército y la Armada de México en los lugares en los que participan.
“De tal suerte que no se pueda generar una interfaz riesgosa, digamos y, en un tiempo preventorio, estas personas son trasladas a otro lugar para que no sea sólo una geografía distinta, sino también un área de influencia de las organizaciones distinta de las que se están acotando en un lugar determinado. De manera que está bien planeado y aplicado.
“El propósito es tener una circunstancia de seguridad pública. Estos grupos, en muchos sentidos, disputan las potestades básicas del Estado en estos lugares”, dijo Medina Mora.