■ Inspectores hallaron irregularidades en el mantenimiento de sus cinco aeronaves
Suspende SCT operaciones de la aerolínea Magnicharters por deficiencia en seguridad
■ La empresa pasa por una “difícil situación financiera”, pues adeuda 130 millones de pesos
Ampliar la imagen Arribo de un vuelo de Magnicharters. Los pasajeros de la aerolínea podrán recurrir a la Profeco para recibir asesoría y defender sus intereses ante la suspensión de actividades de la compañía Foto: Agencia MVT
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), a través de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) suspendió ayer a las 17 horas la operación de la aerolínea Magnicharters, debido a que después de dos semanas de verificaciones a cargo de 18 inspectores, se encontraron irregularidades en el mantenimiento de sus cinco aeronaves, así como que no se había capacitado al personal.
Con esta medida sólo hoy se verán afectados alrededor de 500 pasajeros que tenía boleto comprado para realizar algún vuelo con Magnicharters, los cuales deberán atenerse a la disposición de la empresa para llegar a sus destinos, porque es responsabilidad de la aerolínea, aseguraron el subsecretario de Transporte, Humberto Treviño, y el titular de la DGCA, Gilberto López Meyer, quienes señalaron que por el momento no ha sido posible conocer el número total de afectados, ya que se trata de información que maneja el área de reservaciones.
En ese sentido, José Antonio Morales de la Peña, responsable de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), dijo que los clientes de Magnicharters podrán recurrir a esta instancia para recibir asesoría, de ser necesario acogerse a los procedimientos de conciliación, y en caso extremo, advirtió, se recurriría a autoridades judiciales en una acción de grupo para defender los intereses de los consumidores.
En conferencia de prensa convocada una hora y media después de que se suspendieron las operaciones de la aerolínea, que además vende paquetes de hospedaje y turismo, Gilberto López Meyer puntualizó que la medida se adoptó para garantizar la seguridad de los pasajeros ante las deficiencias detectadas por omisión o mala aplicación de los procedimientos de seguridad y por la indebida documentación de los procedimientos.
Se detectó que no se ha cumplido con la capacitación del personal de diversas áreas como de rampa, mantenimiento y sobrecargos. Además, enfatizó, se descubrió que la empresa tiene una “difícil situación financiera”, con un endeudamiento de 130 millones de pesos, 96 por ciento a cubrir a corto plazo, lo que evidencia que no podrá cumplir con requerimientos de seguridad.
Humberto Treviño afirmó que la seguridad es la más alta prioridad en la operación de una aerolínea, por lo que si el mantenimiento es incorrecto y la capacitación insatisfactoria, no es posible que siga en el mercado. Sin embargo, aseguró que Magnicharters sigue viva y se espera que en 90 días pueda solventar las deficiencias.
Admitió que el alto costo de la turbosina es un factor que pesa en la operación de la empresas, pero no es un asunto exclusivo de las líneas aéreas mexicanas, sino que se trata de un problema global, por lo que deben replantear su negocio, ajustar tarifas, rutas, cargos y buscar la forma de ser más eficientes.
Es inadmisible que una línea aérea descuide la seguridad de los pasajeros por razones financieras, porque hay quienes tienen problemas de ese tipo y no dejan caer los estándares requeridos, dijo Treviño. A su vez, López Meyer señaló que los aviones de Magnicharters tienen una edad promedio de 23 años, un poco más del promedio de la flota nacional, que se ubica entre 16 y 17 años pero, subrayó, con el adecuado mantenimiento pueden volar muchos años más.
Los funcionarios comentaron que esperaban que ayer por la noche o a más tardar hoy la empresa se pusiera en contacto con ellos para recibir la información con la que podría superar este conflicto. Asimismo, esperan recibir de Magnicharters un plan de acción para atender a sus usuarios .
López Meyer dijo que desde el momento de la suspensión la DGCA empezó a trabajar con el personal de la empresa y las delegaciones de los 13 aeropuertos en los que trabajaba Magnicharters para atender la emergencia. Afirmó que “la empresa es la que tiene la obligación de atender a sus pasajeros, ella es la que debe responder, aunque en estos casos siempre hay forma de sustituir los boletos”.
Una vez dada a conocer la suspensión, los trabajadores de esta empresa que se desempeñan en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) terminaron su jornada laboral a las 18 horas, con la instrucción de presentarse a laborar este miércoles. El último vuelo de Magnicharters que arribó a esta terminal fue el 785 de las 19:04 horas, procedente de Cancún.
Triunfo Elizalde