■ La apertura de mercados no termina de mostrar sus beneficios a la sociedad, plantea
Mi meta es cambiar a México, no sólo “administrar la parálisis”: Calderón
■ Ante diputados españoles subraya la necesidad de unir esfuerzos contra el crimen organizado
Madrid, 11 de junio. El primer discurso de gran calado de Felipe Calderón durante la visita de Estado a España lo dio en el Congreso de los Diputados, donde señaló que su gobierno ha impulsado reformas estructurales con el propósito de cambiar a México y no simplemente “administrar la parálisis”.
Ante los parlamentarios españoles destacó la necesidad de que juntos, España y México, construyan un futuro de colaboración, cooperación y diálogo, sobre todo en asuntos que afectan a ambos países, como la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.
Calderón subió a la tribuna de un edificio que no abría sus puertas a ningún mandatario mexicano desde 1977, cuando José López Portillo reanudó oficialmente las relaciones bilaterales entre México y España, interrumpidas durante el tiempo que duró la dictadura fascista de Francisco Franco (1939-1976). Para que el mandatario mexicano ocupara la tribuna, gobierno y oposición acordaron adelantar la sesión de control al gobierno (que regularmente se lleva a cabo por las tardes). Así logró leer su discurso ante el pleno y fue escuchado además por una nutrida representación mexicana.
El presidente del Congreso, el socialista José Bono, le entregó una reproducción facsimilar de la Constitución de Cádiz de 1812 para, posteriormente, expresar las coincidencias históricas entre ambos países. “No hay que engañarse: hemos sido perseguidos, señor Presidente, por los mismos inquisidores. Sin embargo, los pueblos mexicano y español han sido también insurgentes por la libertad. Esos sufrimientos, sobre todo esa lucha común, es lo que constituye la verdadera historia, la que nos hermana en la profundidad de los tiempos.
Bono recordó y agradeció la política solidaria asumida por el general Lázaro Cárdenas durante los duros años de la Guerra Civil española, un enfrentamiento que condenó al exilio a decenas de miles de españoles, muchos de los cuales fueron recibidos por México. Fue entonces que los asistentes aplaudieron con fuerza.
Calderón planteó que América Latina se enfrenta a la disyuntiva que definirá el éxito o fracaso de sus pueblos: “Ha ensayado una a una prácticamente todas las formas de superarse, ensayó dictaduras férreas desde la derecha hasta la izquierda y desde la Patagonia hasta el Caribe. Ha ensalzado al mercado y al Estado, invitó a las inversiones y ha expropiado también las inversiones, ha derrocado gobiernos, ha creado nuevos sistemas económicos, ha ensalzado los nacionalismos y también los autoritarismos personales y, para muchos pueblos, para muchas gentes, el triste resultado parece ser la frustración y la decepción colectiva acerca del futuro de nuestro continente”.
Reconoció que el modelo económico predominante en el mundo, es decir, el que defiende la apertura de mercados, no termina de mostrar claros beneficios para las sociedades. Aun así, Calderón dijo que “México ha decidido caminar hacia la consolidación de la democracia y el respeto a los derechos humanos, entre la libertad y la justicia, en favor de la inversión y la apertura”.
Posteriormente, el mandatario elogió la lucha constante de España por la paz y contra el terrorismo, al tiempo que aludió a la “confusión” que prevalece en América Latina, que no termina de distinguir entre románticos ideales libertarios y franca criminalidad terrorista.”
Ante este “desconcierto ideológico”, aseguró que a México y España los une una apuesta clara e indeclinable en favor de la democracia y de las instituciones, una exigencia de seguridad y certeza personal y productiva, de respeto a la vida y a la libertad que se traduzca en políticas públicas que enfrenten de manera decidida la criminalidad y el terrorismo.
En el contexto de las críticas que en México ha suscitado la estrategia gubernamental de combate al crimen organizado, insistió en que él resuelve y no evade los problemas, y “habremos de perseverar y de ganar esta batalla”.
Calderón enumeró las reformas estructurales que ha llevado a cabo hasta ahora; entre ellas citó la del sistema de pensiones y la fiscal.
También en clave política, el rey Juan Carlos aplaudió durante la cena en el Palacio Real las reformas estructurales, la “cálida acogida” de México a las empresas españolas y agradeció la colaboración de este gobierno en la lucha contra el “azote terrorista”. Dijo que también el crimen organizado se sirve de la globalización para sus fines. “Contáis con el pleno apoyo de España en la valerosa lucha contra el narcotráfico que habéis emprendido desde el comienzo de vuestro mandato”, expresó.