■ Levantará un velo sobre el universo, aseguró experto de la NASA
Lanzan telescopio Glast; detectará miles de fuentes de rayos gamma
Ampliar la imagen Cocoa Beach, en Florida, se pobló ayer de curiosos que avistaron el lanzamiento del cohete Delta II, que lleva al telescopio Glast hacia su misión de detectar fuentes de rayos gamma en el universo Foto: Ap
Washington, 11 de junio. La NASA lanzó el miércoles el telescopio espacial Glast desde la base de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Cabo Cañaveral, Florida, según imágenes transmitidas en vivo por la agencia espacial estadunidense.
El Glast (Gamma-ray Large Area Space Telescope, o gran telescopio espacial de rayos gamma, con un peso de 4.3 toneladas, fue lanzado mediante un cohete Delta II, que despegó a las 12:05 horas locales (16:05 GMT).
Unos 75 minutos después de su partida, el telescopio debería alcanzar su órbita a 565 kilómetros de altitud, tras separarse de la última etapa del cohete lanzador.
El telescopio Glast abrirá una nueva ventana sobre el universo con la exploración de su fuente de energía más poderosa, los rayos gamma, y buscará señales que expliquen los mecanismos de aceleración de los pulsares, los vestigios de supernovas y los núcleos de galaxias activos.
El lanzamiento del telescopio, que había sido postergado tres veces, se ejecutó con un atraso de 20 minutos respecto de lo previsto, por un problema técnico en una de las estaciones que siguen su trayectoria.
Este telescopio espacial permitirá arrojar luz sobre numerosos misterios, como el de la materia oscura, que forma cerca de 25 por ciento del universo contra sólo 5 por ciento de materia visible. Setenta por ciento restante es representado por la energía del vacío, que explica la aceleración de la expansión del universo y contrarresta las fuerzas gravitacionales.
“Nos dará una visión espectacular de rayos gamma de alta energía”, aseguró David Thompson, segundo en el proyecto.
Desempeño superior
“El universo se ve notablemente diferente fuera del estrecho margen de colores del espectro que reconoce el ojo humano”, añadió.
La mayoría de los fenómenos astrofísicos no pueden ser percibidos por el humano, pero el telescopio lleva consigo un detector de haces de rayos gamma, el Glast Burst Monitor.
“La Vía Láctea será una brillante franja de luz, y veremos un cielo en constante cambio con cuerpos de menor y mayor potencia lumínica en diferentes escalas de tiempo”, aseguró Thompson.
La misión Glast “levantará un velo sobre el universo de forma fascinante”, dijo por su parte Steven Ritz, astrofísico de la NASA responsable del proyecto.
Gracias a sus poderosos instrumentos el telescopio será capaz de detectar miles de fuentes de rayos gamma desde su primer año de funcionamiento.
Está dotado de un dispositivo experimental heredado de detectores de partículas de los grandes aceleradores, y su carga útil principal –el telescopio LAT (Large Area Telescope, o telescopio de gran alcance)– ofrecerá desempeños muy superiores a los de la misión anterior, el telescopio Egret, a bordo del Observatorio de Rayos Gamma Compton, lanzado por la NASA en 1991.
A modo de comparación, la ganancia de sensibilidad del Glast es tal que en pocos días podrá hacer observaciones que al Egret le tomarían cuatro años.
El primer año de la misión de Glast estará consagrado a la cartografía completa de la bóveda celeste con una sensibilidad sin precedente, que debería permitirle descubrir de 5 mil a 10 mil fuentes de rayos gamma.