■ Editado por Imcine y Cinema Films, busca difundir el género
Reúnen nueve cortometrajes en el primer devedé de La vida en corto
Ampliar la imagen Fotograma del cortometraje La leche y el agua, de Celso García
El cortometraje es el género cinematográfico de experimentación por excelencia. Es el campo en el que los futuros directores de películas largas aprenden a contar historias. Pero la realidad es que, pese a los esfuerzos de festivales o muestras dedicados a este género, el corto sigue sin tener foros de expresión.
No obstante, el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), junto con la distribuidora Cinema Films, continúa su labor de promover estos trabajos –que de lo contrario se quedarían en latas, videos o simplemente en el papel– con la edición del primer devedé de la serie La vida en corto, que
Imcine y Cinema Films tienen editada –y aún en venta en algunas librerías– otra serie dedicada a los cortometrajes mexicanos llamada Más que un instante, que ahora, por la nueva gestión del instituto, la serie cambió de nombre, pero no de calidad: incluye historias cortas que han sido premiadas en concursos y festivales como el de Guadalajara o Guanajuato.
“El corto es un medio, es como un cuento que tiene su propia voz. Hay momentos para hacer cortos y largos, pero la experiencia de las cintas cortas es muy rica porque se hacen sin presiones comerciales, no tienes limitaciones. Hay muchas posibilidades de hacerlos hoy día. No tienen por qué morir, al contrario, tienen mucho futuro por medio de varios caminos. Hablamos de festivales, de compilaciones, como las que hace Imcine. Sirven para corregir”, aseguró Hugo Félix, realizador de 10:15, incluida en esta recopilación.
Para Luis Urquiza, director del corto Amor de madre, “es una oportunidad, porque de otra manera no estaría dirigiendo una película. Quién no recuerda que los primeros trabajos de los grandes directores fueron cortometrajes. A unos nos sirve para seguir en el mundo del cine”.
Para Alejandro Lugo, director de El caracol, “es un primer ejercicio. Uno se encuentra que hay historias que no caben en un largo. Es el primer paso para desarrollarme como director. Le veo mucha vida al género”.
Complementan el devedé: La leche y el agua, de Celso García, quien obtuvo el Mayahuel como mejor cortometraje mexicano, en la edición 2006 del festival de Guadalajara; Pan comido, de Will Peña; Yo también te quiero, de Jack Zagha; Sirenas de fondo, de Arcadi Palerm-Artís, y Berlitad, de Pablo Ángeles.
Puede conseguirse en librerías y algunas tiendas de discos.