■ Mónica Cabrera trae a El Vicio El sistema de la víctima

“El humor es una termita, pero puede ser aniquilada fácilmente”

■ La crítica, agudeza y rapidez con la que se transmite lo hacen un tipo de resistencia

■ El show, parte del Festival Internacional de Cabaret

Tania Molina Ramírez

“Seguramente el poder odia el humor, pero sé con certeza que el humor es una termita que puede corroer, pero puede ser aniquilada fácilmente”, afirmó a La Jornada la argentina Mónica Cabrera, quien presentará la obra El sistema de la víctima, en el sexto Festival Internacional de Cabaret.

Desde hace años Cabrera, armada de un gran sentido del humor, ácido y negro, escribe, dirige y actúa sus obras. En El sistema de la víctima reflexiona sobre de la condición de la víctima, mediante las historias de seis mujeres y tangos.

Acerca de la temática de sus obras en la década reciente, dijo a La Jornada vía correo electrónico: “Todas tienen que ver con algo que respiro en el entorno, con modos, conflictos, crisis, angustias que se viven afuera, en la sociedad que me rodea, la inmediata. A partir de eso aparecen las reflexiones y la consecuencia profunda y personal de esos climas.

“Esta obra habla de la postura de víctimas reales y de actitudes de victimización. Es muy fácil entrar en la actuación de la víctima, porque todas las condiciones favorecen a eso: ser mujer, un país pobre, gobiernos corruptos, la cultura del éxito, la moda, y más”.

Respecto de si es posible o necesario revertir la posición de víctima, cambiar de papel, para mirar las cosas desde otro lado y poder transformar, dijo: “Seguramente es posible en algunos casos, pero esa decisión es muy profunda y no sé qué la moviliza. Las víctimas de la guerra, del terrorismo de Estado o del hambre han sido despojadas de su humanidad y sólo les queda tratar de sobrevivir como entidad viva. Las decisiones de rebelarse, crecer, cambiar, proponerse una buena vida y dar pelea se pueden tomar cuando la vida no está siendo amenazada y se tiene la cama caliente y una sopa al término del día. Es difícil generalizar, parece que algo de la realidad queda fuera del análisis, pero algo de lo que escribo podría defenderlo sin avergonzarme”.

Acerca del humor como herramienta contra el poder, contó: “En Argentina hemos vivido largos años de dictadura y genocidio, por lo cual todas las estructuras de poder han sido siempre amenazantes. Los actores que hacemos humor, los humoristas, caricaturistas y otros artistas que trabajan con el humor siempre hemos tenido miedo de lo que podría suceder con alguna frase o con un dibujo. Muchos, desde Niní Marshall, quien tuvo que irse del país a México, o Tato Bores, que fue censurado de la televisión, sufrieron por trabajar con el humor.

“La crítica, la agudeza del humor, la rapidez con la que se transmite, es una manera de resistencia. Evidentemente el humor no es funcional al poder. Seguramente el poder odia el humor, pero sé con certeza que el humor es una termita que puede corroer, pero puede ser aniquilada fácilmente”.

La artista también habló acerca del mundo del cabaret en Argentina: “Lo que sucedió desde la década de los 80 en Buenos Aires y en Rosario fue la aparición del bar y de espacios con mesas y gente comiendo y tomando, lugares donde los actores novatos, los estudiantes de teatro y marginales de las artes de la representación, transformistas, ventrílocuos, bailarines, payasos, encontraron un espacio para trabajar. Aquí es llamado varieté, como rescate de los números diversos que se hacían en el cine en la década de los 20 o mientras se cambiaba la estrella del teatro de revistas. Había en el varieté diversos artistas, muchos venidos del circo, que hacían ‘la variedad’.

“En algunos espacios se le denomina cabaret, pero no creo que nadie tenga muy claro qué es un cabaret, en los términos que se encuadra en otros lugares. Aquí se asocia con unos bares en donde hay música y copas y los hombres pueden encontrar prostitutas. Pero eso nada tiene que ver con la actividad teatral del varieté.”

“Si uno se ríe, los fantasmas se van”

“En Buenos Aires la actividad teatral es desmedida; desde marzo hasta mayo se han estrenado 10 o 15 espectáculos cada jueves, y las salas quedan cortas para aceptar tanta fiebre creativa. Entonces se abren espacios en bares, casas, patios, museos, bibliotecas, talleres y terrazas para albergar tanto teatro.

“De ahí que en el cabaret o el varieté, que tiene una dinámica de cambio, en donde las partes son alternables, se puede innovar el formato, agregar o quitar artistas, que tenga una vida saludable y próspera”.

En una ocasión, la actriz dijo: “Si uno se ríe, los fantasmas se van. Soy muy trágica y fatalista. Todos nos vamos a morir. Yo lo tengo muy presente. Es tan pesado saberlo, que hay que establecer una guerra contra eso. La risa es transformación, no negación. Es el rasgo más grande del ser humano. Pero además, cuando hacés reír al otro, ese otro te ama. Le hacés un tremendo bien. Por algo amamos a nuestros cómicos. No los admiramos, los queremos. La risa, además, junta y envalentona. Siento que mis espectadores salen más valientes y más desafiantes, porque se han reído todos juntos” (entrevista en www.alternativateatral.com).

Mónica Cabrera llega a México a invitación de las artistas Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe, quienes quedaron impactadas con su espectáculo en Argentina, y gracias al enorme esfuerzo de Las Reinas Chulas, organizadoras del festival.

Cabrera tiene un programa de radio, El Bataclán, emitido por Voz de las Madres (AM 530, Buenos Aires, www.madres.org, sábados a las 23 horas de Argentina). Un ejemplo de la revista radial puede ser escuchado en www.broadcastyoutube.com/watch?v=U9JOoul4w8A

El sistema de la víctima, hoy, a las 22:30 horas, antecedido por Más vale solo, que de maíz transgénico acompañado, de Gabriel Flores, a las 19 horas. El Vicio. Madrid 13. Coyoacán. Reservaciones: 5659-1139. Entrada 200 pesos.