■ Prosigue el litigio de ese país contra firma estadunidense por la propiedad de un pecio
Dicta juez resolución favorable a España en el caso Odyssey
■ Tiene hasta el 10 de agosto para aportar “pruebas fehacientes” de que le pertenece
■ La empresa privada descubrió en 2007 un patrimonio subacuático valuado en 500 mdd
Ampliar la imagen Empleados de la empresa estadunidense Odyssey Mariner Explorer (en imagen tomada de Internet), cuentan las monedas halladas el año pasado en el pecio cuya propiedad reclama el gobierno español
El gobierno de España, por conducto del Ministerio de Cultura, anunció ayer que prepara dos leyes de protección a su patrimonio histórico para evitar otro “caso Odyssey”, el cual se refiere a la controversia judicial –que aún se mantiene– entre ese país y la empresa privada estadunidense que el año pasado halló un pecio valorado en 500 millones de dólares, presuntamente proveniente de un barco de guerra español hundido en 1808 frente a las costas de Gibraltar.
El anuncio de la nueva legislación coincide con la resolución emitida por el juez Mark A. Pizzo, de Tampa, Florida, quien lleva el caso y consideró a España como “parte interesada” en el litigio contra la Odyssey Marine Explorer.
Asimismo, el juzgador señaló a esa nación un plazo que vencerá el próximo 10 de agosto con el propósito de que aporte pruebas “fehacientes” para acreditar que la embarcación, de donde fue sustraído el tesoro, corresponde a la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, perteneciente a la Armada Española.
Según consta en diversos archivos históricos, ese navío naufragó, durante la batalla del Cabo de Santa María, al sur de Portugal y al oeste de Cádiz.
A su vez, a partir de esa fecha, la Odyssey tendrá dos meses para aportar sus argumentos.
En un principio, la empresa estadunidense manifestó que España no tenía derechos sobre el hallazgo, pero ahora se muestran abiertos a la negociación.
Interés de Perú
Al litigio entre España y Odyssey podría sumarse Perú, pues diversas organizaciones civiles de ese país han solicitado a su gobierno que reclame el pecio, ya que contiene monedas acuñadas en Lima, con oro sustraído de sus minas, así como otros artefactos de manufactura peruana.
El pasado lunes la directora del Instituto Nacional de Cultura de Perú, Cecilia Bákula Budge, anunció que en colaboración con el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, “se dará una respuesta de lo que será la propuesta formal de Perú respecto del tema del tesoro del galeón español”.
Mientras tanto, los cazatesoros estadunidenses se encuentran “trabajando” en aguas del Caribe. Al respecto, el gobierno de la República Dominicana otorgó a Odissey una “autorización exclusiva” para que rescaten el pecio del galeón español Nuestra Señora de la Concepción, el cual naufragó en 1641, debido a un huracán.
La carga de ese navío está valuada en unos 150 millones de dólares y consiste en objetos ornamentales, monedas y joyas de oro, así como cerámica china perteneciente a la dinastía Ming.
La única condición que puso República Dominicana para efectuar la “recuperación” del tesoro es que la empresa Odyssey le entregue la mitad de lo hallado.
Por otra parte, en 2006, la compañía estadunidense presentó al menos tres solicitudes al Instituto Nacional de Antropología e Historia para llevar a cabo “proyectos de investigación” en mares mexicanos, mismas que fueron rechazadas por Pilar Luna, titular de la subdirección de Arqueología Subacuática del organismo.
La especialista ha manifestado en varias ocasiones que México tiene una postura muy clara respecto de su patrimonio cultural sumergido, el cual “no está en venta ni se subasta ni se negocia”.
A pesar de ello, explicó en 2007 a la prensa, a propósito de la controversia Odyssey-España, los cazatesoros presentan propuestas que quieren aparecer como proyectos de investigación para beneficio de ese patrimonio.
Pero “ellos juegan una trampa, hacen una diferencia entre cerámica, el casco del barco u otros materiales y el oro, plata o piedras preciosas, pero todo es parte del contexto arqueólogico, son elementos cultuales”, explicó la especialista.
Naufragios en Campeche
La soberanía de México se extiende sobre los mares en una superficie de 2 millones 822 mil kilómetros cuadrados, mucho mayor que todo el territorio continental.
Los cientos de naufragios en aguas nacionales son objeto de codicia por el oro o joyas de su cargamento, principalmente los que se encuentran en la sonda de Campeche, en los sitios conocidos como Pilar, Don Pancho y Cañón de Cañones.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en todos los mares existen restos de más de 3 millones de navíos, con valiosos cargamentos aún sin localizar. La gran mayoría están a merced de modernos piratas que mediante la utilización de tecnología compleja se dedican a saquear ese patrimonio cultural sin el conocimiento de ninguna de las naciones relacionadas con los pecios.
Empresas como Odyssey ofrecen atractivas ganancias a los países que la autorizan para explorar sus aguas, como Ecuador, Colombia, Bahamas y Filipinas, que han caído en la tentación de vender su patrimonio subacuático.
Mediante su página de Internet, Odyssey comercializa algunos de los objetos que ha encontrado de diversos naufragios, tanto originales como réplicas.