Usted está aquí: jueves 19 de junio de 2008 Política El acuerdo anunciado beneficia sólo a procesadoras y tiendas de autoservicio

■ Congelar precios de productos industrializados, medida demagógica, dicen organizaciones

El acuerdo anunciado beneficia sólo a procesadoras y tiendas de autoservicio

■ Llaman a abatir la inflación y garantizar el abasto popular de alimentos nutritivos y baratos

Susana González G.y Julio Reyna

Ampliar la imagen Compradores en un supermercado del Distrito Federal Compradores en un supermercado del Distrito Federal Foto: La Jornada

En lugar de abatir la inflación y garantizar a la población el consumo de alimentos básicos nutritivos y baratos, principalmente granos, el acuerdo anunciado ayer por el titular del Ejecutivo federal y la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), de congelar el precio de 140 productos industrializados, apunta a garantizar hasta fin de año las ganancias de ciertas empresas procesadoras de alimentos y tiendas de autoservicio, advirtieron la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), la organización El poder del consumidor y la consultoría financiera Vanguardia Investment.

El citado acuerdo incluye únicamente alimentos secundarios, es decir, industrializados; consideraron que llama la atención que el programa se ponga en marcha casi un mes después de que la Presidencia de la República anunció las acciones de apoyo a la economía familiar, y cuando no han cesado los aumentos en todo el año, por lo que éstos pueden estarse oficializando, como ocurrió en 2007 con el precio de la tortilla.

“Se trata de una medida demagógica y desesperada de las autoridades, con simple impacto mediático y que ningún efecto tendrá sobre los precios de los alimentos, ya que no se ataca el origen del problema, como es garantizar el abasto de materias primas con una política agroalimentaria integral. Además, es tardía, porque congelan precios cuando en todos estos meses se han incrementado e incluyen productos como fruta en almíbar o salsa catsup, ¡por favor!, en lugar de productos de consumo básico”, señaló Víctor Suárez, director de la ANEC.

Para Roberto Galván, presidente de la consultoría Vanguardia Investment, lo anunciado por los industriales y el gobierno federal puede resumirse en el dicho popular: “dime de qué presumes y te diré de qué careces”, pues consideró que aunque se trata de un “pacto disfrazado” en nada contribuirá a detener la escalada inflacionaria.

Agregó que las grandes empresas que procesan alimentos de consumo generalizado, o popular, serán las beneficiadas, lo mismo que las tiendas de autoservicio, y ello podría resultar contraproducente para la economía del país, porque las pequeñas y medianas empresas y tiendas no tienen la misma capacidad de compra y distribución de esos productos que ahora se anuncian con precio congelado, por lo que podrían multiplicarse las quiebras o cierres de dichos negocios con la consecuente pérdida de empleos.

En tanto, Juan Pedro Treviño, vicepresidente del Instituto Mexicano de Estudios Económicos (IMEE), manifestó que el éxito del acuerdo dependerá de que los participantes lo mantengan, pero siempre y cuando no se deteriore aún más el entorno y crezca la presión inflacionaria. Esas medidas, dijo, podrían revisarse antes de fin de año si continúan las presiones inflacionarias, pues recordó que éstas se deben a una situación internacional y el acuerdo tiene como fin, precisamente, evitar un “contagio más amplio”.

A su vez, Alejandro Calvillo, director de la organización denominada El poder del consumidor, lamentó que el gobierno no diseñe una política de precios de alimentos básicos y nutritivos para la población, como son frutas, verduras y cereales, ya que los productos promocionados son industrializados y con alto contenido de azúcares u otros ingredientes que van en detrimento de la salud, tales como jugos, mermeladas o frutas en almíbar.

Eso, dijo, no contribuye a abatir el problema de obesidad que existe en México, cuando se requiere un enfoque integral que incluya campañas públicas de orientación para los consumidores, tanto en alimentación como en precios de los productos básicos. En otros países, refirió como ejemplo, las autoridades crean fondos especiales para hacer accesible el consumo de frutas y verduras en las escuelas y en zonas donde es difícil su distribución, en lugar de comercializar productos industrializados.

 
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