■ Especialistas exigen que se reconozca al ejido como símbolo de justicia
“La agricultura también es asunto de dignidad nacional”
La agricultura no es sólo una cuestión de economía y bienestar, sino de dignidad nacional, por eso el gobierno debe cambiar la política agropecuaria y apoyar también la producción campesina, sostuvieron investigadores del Colegio de Posgraduados, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) e integrantes del Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas.
En el seminario ¿Crisis alimentaria en México?, convocado por 20 instituciones académicas y el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) de la Cámara de Diputados, los participantes demandaron que se reconozca al ejido como símbolo de identidad y justicia, ya que en otras etapas de crisis esos agricultores han aportado los alimentos que demanda la población.
“México cuenta con una vibrante agricultura campesina y conocimiento práctico, por lo que dicho sector debe tener una consideración particular dentro de la política, que incluya la ruptura de la dependencia de las importaciones”, señaló Ron Nigh, del CIESAS.
Guadalupe Medina, de la UAEM, agregó que las estrategias para afrontar la crisis alimentaria deben reconocer que ésta es resultado de la visión mercantilista y mercadológica de la agricultura, ahora “hay que innovar esa postura”.
Expuso que las recientes propuestas del jefe del Ejecutivo en torno al asunto “son medidas inmediatistas, insuficientes y de contingencia”; no hay opciones claras para la producción rural ni reconoce el papel fundamental de los agrónomos. El Estado sigue sin responder al desafío de la producción y comercialización adecuada de los alimentos, acotó.
Ante el público reunido en el auditorio norte del edificio principal de la Cámara de Diputados, Víctor Suárez Carrera, director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo, consideró grave que el gobierno no reconozca que hay crisis alimentaria en el país, aunque se importe 42 por ciento de los alimentos y gaste 10 mil millones de dólares anuales en ello.
Explicó que en el país hay crisis alimentaria por el desmantelamiento de la infraestructura para la producción agropecuaria, por la visión mercantilista de la agricultura y por considerar a los alimentos como mercancía; no se debe únicamente al cambio de consumo de la población de India y China, la producción de agrocombustibles y el cambio climático.
La problemática se presenta por el tipo de política y el predominio de los intereses de las grandes corporaciones, ya que “como nunca antes en la historia contemporánea hay alimentos suficientes en el país y en el mundo”. Ahora la respuesta ya no está en el gobierno, “porque ya no confiamos en éste, sino en la sociedad y en la presión que ejerza para sacar al Congreso de la Unión del marasmo en el que lo tienen los acuerdos de complicidad entre el PRI y el PAN”.
Luis Cruz Nieva, investigador del CEDRSSA, comentó que el país está ante una situación vulnerable, pero ha amainado la turbulencia del incremento de los precios de los granos, y en consecuencia de los alimentos por los ingresos petroleros, pero esto tiene un límite.