■ Critican el paso por Xinjiang y el Tíbet
Extreman seguridad de la antorcha olímpica
Pekín/Kashgar, 18 de junio. Hace poco más de un mes la antorcha olímpica parecía segura a su paso por el país anfitrión China, pero ahora es llevada bajo estricta seguridad por las regiones separatistas occidentales: la musulmana Xinjiang y el altiplano tibetano.
Defensores de derechos humanos criticaron el paso de la llama por estas regiones, el cual “mancha el movimiento olímpico”, declaró Human Rights Watch (HRW), que actúa en todo el mundo.
Para justificar los cambios de planes, por los que el recorrido por el Tíbet se reducirá de tres a un día, y que la etapa de Xinjiang se adelantó, se adujo oficialmente que era debido al grave sismo ocurrido en la provincia de Sichuan, en el suroeste de China.
El paso por esa región fue reducido y cambiado de fecha. Además, se suspendió la ruta de la llama olímpica durante tres días por luto nacional en memoria de las víctimas del sismo.
Desde las revueltas de marzo las autoridades han aislado al altiplano del mundo exterior. “Si se abre el Tíbet para la antorcha, entonces se tiene que abrir también para una investigación internacional, para los medios y para aquellos que quieren saber exactamente lo que pasó en marzo”, exigió Sophie Richardson, directora asiática de HRW.
El gobierno de Xinjiang había dicho a los periodistas extranjeros que se les permitiría hablar con la gente alineada en las calles mientras la antorcha pasaba por la antigua ciudad de la Ruta de la Seda, Kashgar, poblada por una mayoría de musulmanes Uigur.
Pero hoy el grupo de prensa fue ubicado en pequeñas áreas como corrales, mientras la policía y funcionarios patrullaban para asegurarse que los reporteros no dieran un paso fuera de los límites hacia el “festejo” por el paso de la antorcha, al que la gente común tuvo prohibido acudir.