■ Antonio Romero celebra el rescate de obras
“Triturar libros es como ver morir gente, es horrible”
Entre todos los rostros felices de las personas que van de aquí para allá cargando, en promedio, no menos de cinco libros cada una, destaca el de Antonio Romero, ávido lector. Trae dos bolsas repletas, lo acompaña un joven que apenas y puede con su pila de volúmenes, coronada por las obras completas de Shakespeare. A su lado va una mujer que, “apenas”, carga unos cuatro libros. Entre los tres llevan 50 y van por más.
–¿Que le parece esta iniciativa de rescatar libros?
–¡Excelente! Hace unos 10 años vi una trituración: es espantoso. Los interventores de las secretarías de Gobernación y de Hacienda, que estaban a cargo, nos permitieron tomar cinco libros, al azar. Me quedé con algo de literatura y una guía numérica. Lo demás lo destruyeron.
–¿Qué se siente ver que se trituran tantos libros?
–Horrible, es casi como ver morir gente. Por eso, ventas como ésta debieran hacerse también en los estados. Claro, ya es un logro que lo realice aquí el Gobierno del DF, pero no deben centralizarse tanto este tipo de proyectos; hay que hacerlo en la periferia.
–¿Qué libros se lleva ahora?
–De todo, menos de José Luis Borgues, de Borges sí, llevo tres.
–¿Y cómo ve los precios?
–Bien en general, aunque no todas las editoriales tienen rebaja de ese porcentaje que representaba el impuesto por donarlos. Aun así hay precios accesibles. Se trata de una derrama cultural muy importante. Si nos queda dinero, mañana volveremos.