■ Científicos del Museo Hermitage dan a conocer resultados preliminares de la pesquisa
Revela investigación que los conciertos de rock “envejecen” las obras de arte
■ Cada 10 conciertos por arriba de 82 decibeles agregan un año a la edad de las piezas
Conciertos de rock que se reali-zan en mansiones señoriales dañan obras de arte con vibraciones sonoras que las “envejecen”, revela una investigación en Rusia.
Científicos del Museo Hermitage, de San Petersburgo, han examinado la forma en que conciertos de los Rolling Stones, Paul McCartney y otros en la adyacente Plaza de Invierno han afectado sus colecciones en los tres años pasados.
Los hallazgos, aún inéditos, podrían afectar el futuro de los conciertos de rock realizados en mansiones señoriales, según los científicos. Los resultados preliminares del estudio de tres años, que se examinan en el Instituto de Restauración Artística Grabar, en Moscú, muestran que cada 10 conciertos por arriba de 82 decibeles agregan un año a la edad de una obra.
Mijail Piotrovksi, director del Hermitage, declaró a The Independent que se debe advertir a instituciones de todo el mundo que los altos niveles de sonido pueden reducir la duración de una obra de arte. “Los resultados iniciales indican que el nivel de sonido en las salas que miran hacia la Plaza de Invierno no puede rebasar de 80 a 82 decibeles. Me parece que es un asunto serio, y no sólo para Rusia”, aseveró.
Piotrovski añadió que es probable que edificios, libros y estatuas también sufran daño por los conciertos que se llevan a cabo en mansiones campestres y galerías. Por esa preocupación llegó a un acuerdo con los Rolling Stones de mantener bajo el sonido durante su concierto en la plaza, para proteger obras de los siglos XIX y XX de artistas como Cezanne y Matisse, ubicadas en las alas adyacentes del palacio. Dijo que se perturbó cuando el concierto de Paul McCartney, en 2004, hizo temblar las ventanas del museo.
“El concierto de los Stones no pasó de 85 decibeles, que es bastante fuerte. Tuvimos que concentrar el sonido en cierta dirección. Ponemos a nuestro personal a medir el sonido durante los conciertos. Si se sobrepasa el límite, podemos hacer algo al respecto.
“Tuvimos algunos conciertos terribles con grupos rusos de rock –añadió–. No se deben realizar más de uno o dos conciertos al año en la plaza. Entendemos que es un lugar abierto, pero se debe poner límites. Cinco conciertos de música clásica están bien”, dijo.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya