■ En Baja California, el DIF vende despensas subsidiadas a los pobres
Habitantes de la frontera norte prefieren comprar víveres en EU
■ Proliferan engaños de supermercados mexicanos para atraer clientela
Ampliar la imagen Vista de las bodegas de Diconsa en Tamaulipas. Oficialmente, el objetivo de esta empresa de participación estatal mayoritaria es abastecer de productos básicos a localidades marginadas Foto: Pablo Martínez Borrego / Agencia Contraluz
Cruzar a Estados Unidos y comprar al mayoreo productos de la canasta básica es la mejor opción para miles de habitantes de la franja fronteriza. En cambio, familias de bajos recursos de Baja California tienen que acudir al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), que les vende despensas a un precio simbólico.
En Matamoros, Tamaulipas, pagar gasolina, cuota de puente internacional y seguro de automóvil –obligatorio en Brownsville, Texas, destino de numerosos consumidores mexicanos en la región– es un gasto menor en comparación con las cuentas que se pagan en supermercados locales para surtir medianamente la despensa.
Con el kilogramo de huevo a 21 pesos, el litro de aceite y el kilo de jitomate a 27, o el pollo a 19, las tiendas de Matamoros están desiertas.
El éxodo de compradores se observa principalmente los fines de semana, cuando los cuatro cruces que comunican Matamoros con Brownsville están repletos de mexicanos que aguardan hasta dos horas para internarse en territorio estadunidense.
La espera vale la pena, según Bernabé González, padre de tres hijos adolescentes, quien cruza una vez a la quincena. “Desde la carne roja hasta la latería, el pollo y el huevo... todo está más barato y es de mejor calidad en el otro lado. Es cierto que se gasta en la pasada, pero a la larga es mejor, porque mientras aquí el kilo de arroz sale en 13 pesos, allá se consiguen dos o tres cajas por un dólar”, comentó.
En efecto, allende el río Bravo es posible comprar una bolsa de diez libras de pollo (4.54 kilogramos) por sólo 3.80 dólares, precio que al tipo de cambio actual equivale a menos de 40 pesos. Con esa cantidad, en tiendas de Matamoros se comprarían apenas dos kilos del producto.
Lauro Peña, líder de la Unión de Comerciantes de Matamoros, indicó que ante el alza de precios, a la población no le queda otro camino que comprar en Texas. “Esperábamos un año difícil. Desde 2007 vemos signos de inestabilidad económica que se agravaron con la crisis alimentaria, y la economía local lo resiente porque son más los que prefieren surtir su mandando en el lado americano porque aun con el tipo de cambio resulta más barato”, afirmó.
El delegado regional de la Procuraduría Federal del Consumidor, Héctor León Pérez Guajardo, dijo que la desesperación por atraer clientes es tal que los comercios locales hacen ofertas falsas. “La semana pasada visitamos algunas tiendas grandes como HEB, Wal-Mart, Soriana, y Chedraui, y detectamos publicidad engañosa. Nuestros inspectores verificaron que había ofertas que no se cumplían al pagar. Sólo los usan para enganchar al cliente”, señaló.
Esta práctica, que ha causado a tiendas departamentales multas hasta por 100 mil pesos, se hace más frecuente conforme los precios de los alimentos básicos se disparan.
Los habitantes de Tijuana y Mexicali, Baja California, están acostumbrados a cruzar a California para hacer sus compras. Sin embargo, quienes no tienen esa opción debido a su bajo poder adquisitivo, deben recurrir a los programas gubernamentales de asistencia social.
El DIF de Baja California tiene un padrón de más de 25 mil personas que reciben mensualmente una despensa que consta de arroz, frijol, harina, leche, pasta para sopa y pasta de tomate, que tiene un precio de recuperación de 25 pesos. Estos paquetes están pensados para sectores vulnerables y en riesgo: madres solteras, mujeres embarazadas, adultos mayores y discapacitados.
La Secretaría de Desarrollo Social del estado modificó su programa de apoyo para los grupos que no tienen acceso a estas despensas y proporciona 25 pesos mensuales a 6 mil personas para que puedan adquirir los paquetes de alimentos.
Además, la dependencia tiene registradas 10 mil personas en los cinco municipios de Baja California, a quienes distribuye cada mes, sin costo, una despensa con arroz, frijoles, aceite, pasta de tomate, leche, atún, azúcar y harina.
Para enfrentar aumentos en los precios de productos básicos, el gobierno estatal convocó a principios de este año a una licitación pública de un paquete de 100 mil despensas de 109 pesos cada una, para entregarse entre marzo y diciembre de 2008.
La empresa que ofrecerá el servicio, LG comercial, está obligada a garantizar la entrega de las despensas y su ganancia dependerá de las variaciones de los precios.