■ Presentan el catálogo de la exposición del artista que alberga el Museo Mural Diego Rivera
Convierten en libro parte de la dibujística de García Cabral
■ Trabajamos para recuperar unos 25 mil trabajos entre portadas de revistas y carteles para cine, dijo su hijo Ernesto
■ Con Madero en el poder, se lanzó a la fama, subrayó El Fisgón
Ampliar la imagen El Chango García Cabral, “maestro de la línea”, junto a varios de sus dibujos, en imagen incluida en la muestra que alberga el recinto de Balderas y Colón Foto: Cortesía del museo
Parte de la obra de uno de los dibujantes más importantes de México se encuentra ahora convertida en libro: el catálogo de la exposición Ernesto El Chango García Cabral, maestro de la línea, muestra que concluirá el 6 de julio en el Museo Mural Diego Rivera.
El Chango García Cabral “ejercía su derecho de hocico”, expresó su hijo Ernesto, quien con eso rechazó la postura que coloca al dibujante al lado de la derecha. Dibujaba lo que quería y como quería, incluso contra sus patrocinadores, que no eran otros que los que estaban en el lado opuesto a Francisco I. Madero.
De personalidad apabullante, El Chango tenía como característica en su trabajo “el humor, la gracia, la ocurrencia: veía a una persona y la dibujaba de memoria”; con gran capacidad de síntesis para eliminar la paja, comunicaba lo que observaba. “Le pegaba a la derecha, a la izquierda, al centro, arriba o abajo.”
Ahora existe una intensa labor de recuperación de su obra, que es de unos 25 mil trabajos entre dibujos, portadas de revista, carteles de cine, pero es necesario que el gobierno también lo reconozca y ayude en esos trabajos, subrayó Ernesto García Cabral, quien dirige el taller que lleva el nombre del caricaturista veracruzano. “Nos queda su obra y hay que disfrutarla.”
Época con artistas fuera de serie
Rafael Barajas, El Fisgón, caricaturista de La Jornada e investigador, destacó que la época del Chango fue de artistas fuera de serie, como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. García cabral nació en Huatusco, Veracruz, “y estoy convencido de que su formación se da leyendo la prensa de ese entonces, que era cosmopolita y heredera de los grandes periódicos”; tras sus estudios en San Carlos fue reclutado por publicaciones políticas, “pero se lanza a la fama cuando llega Madero al poder y levanta las restricciones a la libertad de expresión”.
Sus editores, añadió El Fisgón, “comienzan a retomar la oleada de revistas modernas que se da en Europa y experimentan no sólo con la técnica sino con el arte y eso le permite a García Cabral y a otros crear con libertad”.
Molestó con su trabajo a Madero, quien para no tenerlo cerca le dio una beca para que estudiara en Francia, y a su regreso fue contratado por el periódico Excélsior para que realizara las portadas de Revista de Revistas, “y es cuando es más libre que nunca y realmente experimenta con las vanguardias”.
Gran bohemio y divertido
“Aun cuando se le recuerde como uno de los verdugos gráficos de Madero, sigue siendo uno de los grandes dibujantes de México. Gran bohemio y divertido, se le perdonan muchas cosas por su arte”, finalizó El Fisgón, autor del texto incluido en el catálogo que comienza con esta anécdota:
“El escritor Juan José Arreola contaba que, en una ocasión, en el famoso Café de los Monotes, los pintores Diego Rivera y José Clemente Orozco sostuvieron una reunión al cabo de la cual fueron sorprendidos por un periodista que, en tono cizañoso, les preguntó quién era el mejor dibujante de México; se dice que los dos muralistas hicieron un brevísimo conciliábulo antes de responder que el mejor dibujante de México era Ernesto García Cabral.”
El caricaturista Daniel Camacho y el escritor Héctor Aguilar Camín también dieron cuenta de la maestría de los trazos de El Chango, además de destacar su humor “fino, atinado y sin lugares comunes”.