■ Los abusos, similares a los sufridos por los negros hace 50 años
Requiere la economía globalizada de la mano de obra migrante, destaca la OIT
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Una bandera mexicana cuelga de la valla que divide México y Estados Unidos en el área de Tijuana
Foto: Ap
La migración es un elemento sin el cual la economía capitalista globalizada “no podría funcionar” porque sectores como agricultura, manufactura, construcción y servicios, requieren a personas que desarrollen labores que no son cubiertas por la mano de obra nacional, aseguró Patrick Taran, especialista en migración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En entrevista, durante una visita que realizó a México, consideró que ante estos elementos la reciente aprobación de la ley que penaliza la migración indocumentada en la Unión Europea –con penas de prisión hasta de 18 meses a personas sin documentos– “resulta contradictoria” porque esos sectores de la industria requieren trabajadores.
“La migración deviene de una necesidad estructural para el funcionamiento del sistema capitalista en esta época globalizada. La mayor parte de los migrantes que llegan a países industrializados toman los empleos en los que no existe una oferta de mano de obra nacional: son los llamados trabajos sucios, peligrosos y degradantes”, dijo.
Sin embargo, resaltó que el fenómeno migratorio también se presenta por la demanda y oferta en mano de obra altamente especializada debido a que los avances tecnológicos son más rápidos que la capacidad de las naciones de producir personas enfocadas a nuevas tecnologías y especialidades.
El especialista de la OIT subrayó que contrario a lo recién aprobado en Europa y a lo que pasa en Estados Unidos y el propio México, donde se “abusa” de ese grupo humano, las naciones y sociedades consideradas “democráticas” deben ser ejemplo en la garantía de la igualdad de oportunidades laborales, sociales y de derechos humanos de todos los ciudadanos, incluidos los migrantes.
En México, señaló, los abusos se presentan por la falta de capacitación en derechos humanos de los policías, así como por la corrupción y por “poderosos” intereses económicos.
Taran resaltó que en la actualidad a los migrantes se les discrimina, califica y desprecia igual que a los negros hace más de 50 años. “Se repite el ciclo, pero ahora con un grupo diferente, ya no por el color de piel, sino porque son extranjeros y no cuentan con documento de ciudadanía. Se utiliza toda una máquina ideológica para caracterizarlos: que son inferiores y sin acceso a los mismos derechos”.
No conforme con ello, agregó, este sector es mal pagado, no cuenta con protección legal y son vulnerables ante abusos laborales; inclusive pueden ser agredidos en su persona y dignidad.
Un ejemplo es el trabajo doméstico –donde se contrata sobre todo a migrantes–, labor para la que no existen normas que garanticen y procuren los derechos de quien la ejerce.
Por ello, informó que la OIT discutirá en la conferencia internacional sobre trabajo, a celebrarse en 2010, la consideración de una convención global que establezca los derechos para quienes se dedican al trabajo doméstico.