■ Hoy se vive una crisis en la verdeamarelha
Hace medio siglo Brasil obtuvo el título en Suecia
Río de Janeiro, 28 de junio. Fue hace exactamente medio siglo: Brasil se alzó en Suecia con su primer título mundial de futbol y cambió la historia del deporte, además de dar a conocer un nombre, Pelé, quien dejaría una profunda huella.
Los 50 años de la conquista del Mundial de Suecia 1958, que se cumplen este domingo, son recordados cuando el futbol de Brasil atraviesa quizás por su peor momento, ocupando un inédito quinto lugar en las eliminatorias del Mundial de Sudáfrica y con jugadores cuyo talento ni de lejos podría compararse a los exhibidos por Pelé, Garrincha, Didí, Nilton Santos y Vavá.
A partir de ese entonces nació la historia de amor entre los brasileños y su selección. Una historia salpicada por grandes talentos, como Zico, Sócrates, Romario, Ronaldo y Kaká, que le dio al país sudamericano cinco títulos mundiales y la convicción de tener el mejor balompié del orbe.
Esa relación amorosa, sin embargo, vive hoy una crisis, como apunta el escritor Ruy Castro, un fanático del futbol y autor de una elogiada biografía sobre Garrincha, quien, en un artículo reciente, se manifestó convencido de que el éxodo masivo de talentos hacia los clubes de Europa generó un ambiente de divorcio entre la hinchada y la seleçao.
“Desde hace mucho, la selección es un feudo de jugadores que actúan en el exterior, defendiendo camisetas con las cuales no tenemos nada que ver... La selección se divorció del pueblo. Ya no es Brasil. Se redujo a una legión extranjera que, mecánicamente entona el himno antes del partido. Ídolos nacionales como Kaká, Ronaldinho y Robinho prefieren jugar con sus millonarios clubes que por la selección”, expresó.
Los supervivientes de aquel plantel de 1958 se han pasado las últimas semanas recibiendo homenajes de todos, desde la Confederación Brasileña de Futbol hasta el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien los recibió el jueves en Brasilia.
Mario Zagallo, integrante de ese plantel de héroes del 58, destacó que “ese título fue el puntapié inicial para el reconocimiento mundial de los brasileños”.