■ Avizora FMI dificultades para mantener estables esas economías
Algunos países no podrán alimentar a su población por la crisis de precios
Washingon, 1º de julio. El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió sobre el peligro del estallido de crisis financieras en el mundo, debido a los altos precios del petróleo y de los alimentos, al tiempo que alertó sobre las repercusiones en “la balanza de pagos de muchos países”, situación que los ubicaría “al borde del precipicio”, reveló un estudio presentado el martes.
E director gerente del organismo, Dominique Strauss-Kahn, afirma en el texto que “si los precios de los alimentos siguen subiendo y los del petróleo se mantienen, algunos gobiernos no podrán alimentar a su población y ni mantener la estabilidad de sus economías”.
El estudio revela que la duplicación de los precios de los alimentos desde 2006 tuvo desde enero de 2007 un costo de 2 mil 300 millones de dólares para 33 países pobres que importan comida, equivalente a 0.5 por ciento de su PIB anual combinado.
“Un periodo prolongado con precios cercanos a los niveles actuales o por encima de ellos tendrá un impacto serio sobre la balanza de pagos de muchos países”, señaló. Además, la inflación va en alza, lo que afecta a todos los países y amenaza los equilibrios presupuestarios, advierte el documento.
“Algunos países están a punto de venirse abajo”, subraya Strauss-Kahn. En América Latina, entre las naciones de bajos ingresos que necesitarán ayuda financiera urgente se encuentran Nicaragua, Honduras y Haití.
“Las alzas de los precios de los alimentos y combustibles han aumentado notablemente los desafíos de política asociados con reducir la pobreza, garantizar la seguridad alimentaria y mantener la estabilidad macroeconómica”, dijo el FMI.
Señala que las naciones de medianos ingresos también requerirán ayuda, pero algunas como Argentina se alzan como los “ganadores netos” del encarecimiento de los de alimentos, dijo un funcionario del fondo.
Esta es la primera tentativa del FMI de evaluar el impacto macroeconómico de los precios elevados del petróleo y de la alimentación.