■ Considera Naciones Unidas que la medida resulta onerosa
La política de acumulación de divisas obstaculiza la inversión productiva
La política de acumulación de reservas de divisas para afrontar eventuales choques externos ha resultado demasiado onerosa para los países que la aplican, como México, pues esos recursos prácticamente están congelados y dejaron de invertirse en actividades productivas, afirmó Diana Alarcón, economista senior del Departamento de Estudios Económicos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En conferencia de prensa, en la que presentó el estudio económico y social mundial 2008 “Cómo superar la inseguridad Económica”, la economista de las Naciones Unidas manifestó que los proyectos focalizados para abatir la pobreza “son eficientes pero extremadamente rígidas” para responder al cambio de circunstancias como ha ocurrido con el alza internacional en el precio de los alimentos, y apuntó que“el crecimiento del empleo y de la economía son la mejor forma de protección social.”
Los estudios realizados por la ONU, apuntó, revelan que “detrás del incremento de los precios de los alimentos, la razón de fondo ha sido la falta de inversión por décadas en la agricultura”, mientras las políticas en América Latina se dirigían a acumular reservas de divisas.
La falta de inversión en el campo, explicó, propició una restricción de la oferta de alimentos frente a una demanda en ascenso. Es indispensable, dijo, que los paísese revisar los objetivos macroeconómicos de sus políticas para elevar los recursos destinados a la inversión productiva y dejen atrás el “mito de la autorregulación del mercado.”
La inversión productiva, planteó, es tan importante como la estabilidad macroeconómica. Esta última fue sobrestimada como objetivo de política económica “y el gran costo fue precisamente la caída de la inversión”.
Por su parte, el Estudio Económico y Social Mundial 2008 de Naciones Unidas alerta que “la inestabilidad de los mercados financieros y de las corrientes de capital pone en peligro la subsistencia económica a escala mundial debido a sus efectos negativos en la inversión productiva, el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo. Desde principios de 2008, un creciente desajuste entre la oferta y la demanda de productos agrícolas ha provocado graves disturbios políticos en varios países y a vuelto a poner la cuestión de la seguridad alimentaria en un primer plano de la agenda internacional”.
Diana Alarcón señaló que las políticas que se apoyaron en la acumulación de reservas de divisas, como elemento para contrarrestar los choques externos, tienen un costo de oportunidad sumamente alto, que afecta sobre todo a los países menos diversificados en su producción y exportaciones.
Las condiciones actuales, sin embargo, implican un puente grande de oportunidades para revisar el contrato social en que se sustenta la economía de mercado y avanzar hacia un nuevo entendimiento que garantice la universalidad de los servicios básicos como salud, educación, pensiones y alimentación. La pobreza, argumentó, “no puede erradicarse si no hay empleos de buena calidad para la población.”