■ Polonia condiciona la aprobación del Tratado de Lisboa a que Irlanda lo ratifique
Francia asume la presidencia de la UE con una disputa agrícola ante la OMC
Ampliar la imagen El gobernante francés Nicolas Sarkozy (a la derecha), y el presidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso, ayer en una rueda de prensa en el Palacio del Elíseo, en París, luego que el mandatario asumiera la presidencia rotatoria de la Unión Europea Foto: Reuters
Bruselas, 1º de julio. Francia asumió hoy la presidencia de turno de la Unión Europea (UE) con una nueva crisis: la decisión del presidente de Polonia, Lech Kaczynski, de no aprobar el Tratado de Lisboa sin la ratificación previa de Irlanda, y una disputa entre Nicolas Sarkozy y el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, por la posición del bloque sobre la agricultura en las negociaciones con la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Kaczynski afirmó en Varsovia que el rechazo irlandés al Tratado de Lisboa en el referéndum del 12 de junio lo convierte en un texto “sin sentido”, si bien aseguró al diario Dziennik que Polonia “no pondrá el más mínimo obstáculo” si Irlanda ratifica el documento.
El Palacio del Elíseo advirtió de los riesgos que ello podría tener para el bloque, sobre todo para su ampliación, y recordó que Polonia siempre se mostró en favor de la ampliación de la comunidad de los 27 países.
Sarkozy contaba con reducir el problema planteado por el no de Irlanda, con la ratificación masiva de los otros países, donde este proceso está en marcha, pero nuevas brechas se abren también en Alemania y la República Checa.
El presidente alemán, Horst Köhler, dijo el lunes que retrasará la firma del tratado aprobado ya por el Bundestag hasta que el Tribunal Constitucional decida sobre determinados aspectos, mientras que la República Checa externó una postura similar.
Pero Sarkozy también enfrenta diferencias con el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, luego de asegurar, anoche, que “no permitirá” un acuerdo de la Ronda de Doha en el seno de la OMC que sacrifique la producción agrícola “en aras del liberalismo mundial”, pues provocaría la pérdida de 100 mil empleos en Europa.
Añadió que el director general de la OMC, Pascal Lamy, y Mandelson “querrían hacernos aceptar un acuerdo por el cual Europa se comprometería a disminuir en 20 por ciento su producción agrícola y 10 por ciento sus exportaciones agrícolas”.
Mandelson consideró “injustificados” los ataques de Sarkozy, y estimó, sobre todo, que esas críticas perjudican la unidad europea en las negociaciones en el seno de la OMC.
Al comenzar la jefatura rotativa Sarkozy dijo que una de sus prioridades será la búsqueda de una solución al no irlandés, al tiempo que plantó el logro de “resultados concretos” en cuestiones como la inmigración, la defensa europea y la protección climática, el suministro energético y en política agraria, aunque la política social no estará entre los grandes temas de la presidencia en turno.