Usted está aquí: domingo 6 de julio de 2008 Política El fraude “le salió barato” a Miguel de la Madrid, dice el videoasta Carlos Mendoza

1988: la caída del sistema

■ El director de canalseisdejulio recuerda la cerrazón de las televisoras ante la oposición

El fraude “le salió barato” a Miguel de la Madrid, dice el videoasta Carlos Mendoza

■ Considera que la responsabilidad histórica del acontecimiento la comparten Salinas y Bartlett

Enrique Méndez

Ampliar la imagen Portada de una de las producciones de canalseisdejulio Portada de una de las producciones de canalseisdejulio

Ampliar la imagen Carlos Salinas durante su campaña en Mérida, Yucatán Carlos Salinas durante su campaña en Mérida, Yucatán Foto: Fabrizio León

1988: la caída del sistema

Dedicado por 22 años a registrar los movimientos sociales de México y los sucesivos fraudes electorales, desde 1988, Carlos Mendoza, director de canalseisdejulio, afirma que “le salió barata” al ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado la imposición de Carlos Salinas de Gortari como su sucesor. Porque, asegura, el reparto histórico de la responsabilidad fue para Salinas, con su ambición y cinismo político, y para Manuel Bartlett Díaz, entonces secretario de Gobernación.

El 11 de septiembre de ese año, todavía con el sello Redes Cinevideo, se exhibió por primera vez Crónica de un fraude –que se realizó en formato tres cuartos u-matic (primer formato de videocinta comercial en el mundo)–, teniendo como base el registro de la campaña presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. La presentación se hizo en El Relox. “La gente dio portazo, tuvimos que programar otra para ese día, y se difundió dos semanas más, hasta que el sindicato de proyeccionistas se metió, porque eran exhibiciones en video”, recuerda.

Después se comenzó la venta de Crónica de un fraude en video. “Fue la primera vez que la gente compró un video para informarse. Fue, como dicen los clásicos, todo un suceso, porque se superó por mucho las expectativas del simple registro. Quienes lo compraron hicieron, de una copia, 50 o 60 más, y otros se fueron con sus camionetas por los ranchos a exhibirlo en sus televisiones. Fue una explosión”, define.

En entrevista con La Jornada, Carlos Mendoza resalta que, al tono de la hegemonía priísta, las empresas Televisa e Imevisión (ahora Tv Azteca) ejercieron una cerrazón absoluta a informar sobre las actividades de los candidatos de oposición y, especialmente, del fraude electoral.

“Ignoraron el movimiento y callaron. Mientras permanecían ajenos, la gente veía lo que nosotros hicimos. Posteriormente, Redes Cinevideo no quiso seguir por el acoso policiaco que sufrió Francis García, y formamos canalseisdejulio, a partir de una idea de Fernando Montaño, para jugar con la definición de una televisión del movimiento”, explica.

El proyecto avanzó, con sus altibajos, hasta 1991, cuando después de lo que Mendoza define como “una etapa oscura”, se documentó la lucha del doctor Salvador Nava Martínez, en San Luis Potosí, y esto le dio “un segundo aire” al canal, que volvió a dar un salto al registrar la guerra en Chiapas. “La respuesta fue extraordinaria, hubo semanas que la casa de multicopiado no se daba abasto, porque producía 400 copias y la lista de espera era superior. Muchos tuvieron que aguardar hasta cinco días para comprar su video.”

Refiere que, desde el primer documental que realizó en 1986, La fuerza de la razón (Redes Cinevideo), sobre la huelga estudiantil de 1986 en la Universidad Nacional Autónoma de México, hasta la más reciente oferta del canal, ¿Adiós a la izquierda?, con el que se inician los festejos de los primeros 20 años del proyecto, ha dirigido y producido 55 videos, así que el acervo que posee canalseisdejulio es uno de los más ricos.

–¿Cuál es el primer esfuerzo para documentar un fraude electoral en México?

–Los primeros fueron los hermanos Salvador, Guillermo, Eduardo y Carlos Alva, que siguieron a Francisco I. Madero. Y no es, como algunos neodocumentalistas aseguran, que fueron los primeros. Después, el Canalseisdejulio presentó las primeras evidencias de un fraude, el de 1988, pero luego realizamos otros más, como el de la elección de Ernesto Zedillo, que tuvo su origen en un fraude gigantesco. Para nosotros, los fraudes son un trabajo muy estudiado.

“En el caso de los Alva, se trata de imágenes que se dedican a registrar la resistencia de Madero, su entrada triunfal al Zócalo, las protestas y hasta que Porfirio Díaz se trepa en un tren para irse a Veracruz y de allí a su exilio.

“Después, Carmen Toscano reúne el material que estaba en el archivo de su familia, le da sentido a todo y produce Memorias de un mexicano, en 1950.”

También, recuerda, pero en Estados Unidos, Michael Moore, en Fahrenheit 911, hace un recuento rápido del fraude electoral en favor de George W. Bush.

–¿En qué momento se tuvo certeza del fraude para imponer a Salinas?

–Desde el primer momento, el mismo 6 de julio. Esa misma tarde, Rafael Aguilar Talamantes dio una conferencia de prensa consignando las anomalías, y en la noche Cárdenas, Rosario Ibarra y Manuel J. Clouthier se reunieron con Bartlett en Gobernación. Allí, mientras subíamos las escaleras de mármol, un colaborador del ingeniero me daba cifras del triunfo. Y al día siguiente, Salinas declaró su triunfo en un mensaje por televisión. El gobierno de De la Madrid se confió, no preparó el fraude y si bien hubo operativos, como el carrusel, éste se les revirtió, porque la gente votaba por Cárdenas tres veces, y además los petroleros llamaban a votar por el ingeniero. ¡Fue una madriza!

–La responsabilidad del fraude se ha centrado sólo en Salinas y Bartlett. ¿Y De la Madrid?

–Le salió relativamente barato el fraude. Si acaso el momento más álgido de la resistencia es cuando Clouthier llega a un acto del presidente en Bellas Artes y los guardias cortan cartucho Fue un episodio difícil para De la Madrid, pero la responsabilidad histórica se reparte entre Salinas y Bartlett.

–¿Y tiene futuro la izquierda?

–Está en recomposición. Tiene ante sí un futuro muy amplio, si bien no termina de salir de una crisis muy profunda. La conclusión es que los liderazgos fallaron y fallan, en la medida que juegan con las reglas del sistema. Nunca se reconocerá el triunfo a un candidato que represente una amenaza. Ese es uno de los saldos de 1988, que se repite: liderazgos que no estuvieron a la altura de la ciudadanía. Es una de las enseñanzas de la APPO: centrar todo en la voluntad de un líder, por prestigiado que sea, tiene esa debilidad. La ciudadanía ya hizo su tarea.

 
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