■ Clavados mantendrá la tradición de medallistas olímpicos, dice

Ser finalista, un privilegio en Pekín, considera Jashia Luna

Rosalía A. Villanueva

Jashia Luna, quien se alista para participar en sus terceros juegos veraniegos, esta vez en Pekín, admite que la experiencia le hace pensar que será finalista en el trampolín tres metros individual, porque se está preparando como nunca para dar un buen resultado a México.

La jalisciense, de 29 años de edad, asume el compromiso más importante de un deportista de alto rendimiento, con el firme propósito de no defraudar a aquellas personas que han depositado confianza en su carrera deportiva, que comenzó hace más de una década.

Participante en las justas de Sydney 2000 y Atenas 2004, la clavadista, quien fue compañera de la medallista mundial ya retirada Marijosé Alcalá, se considera privilegiada de haber conseguido su pase a Pekín en medio de polémicas, no exenta de envidias, pero con la satisfacción de que “nadie me regaló nada” para competir en sus terceros juegos.

A unas semanas de afrontar el desafío chino, primera potencia mundial en su deporte, Jashia intensifica sus entrenamientos con Yahel Castillo, la carta fuerte en el trampolín individual tres metros, ubicado en el segundo lugar del mundo. Ambos son entrenados por Jorge Rueda, el forjador de medallistas olímpicos y mundiales.

Jashia Luna pasó casi un año entrenando en Sydney, Australia, con el técnico mexicano Salvador Sobrino, y dedicó parte de ese tiempo enseñando a niños y jóvenes, viniendo a México para competir en los selectivos, por lo que decidió retornar y ponerse nuevamente a las órdenes de Rueda, del que se espera concretar otro sueño olímpico en Pekín para conservar la tradición de medallistas en esas competencias, desde la plata de Carlos Girón (Moscú 80), el bronce de Jesús Mena (Seúl 88) y el subcampeonato de Fernando Platas (Sydney 2000).

Aunque admite que la justa china será “una de las más difíciles” para la delegación, tiene plena confianza de que su deporte dará la cara por México “y yo, en lo particular, sí me veo en la final olímpica”, al igual que sus compañeros Paola Espinosa y Rommel Pacheco, que no menciona por sus nombres, pero son señalados como posibles medallistas.

Antes de ingresar a la fosa de clavados en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, la oriunda de Guadalajara comenta que a pesar de su experiencia “la presión, la ansiedad y los nervios siempre están ahí, pero uno aprende a manejarlos de la mejor manera posible”.

Aconseja a sus compañeros que harán su debut olímpico “que hagan lo que siempre han hecho y lo disfruten”, pero al mismo tiempo pide a la sociedad ser congruente sin demeritar a aquellos que lleguen a ser finalistas, porque “siendo realistas es el nivel que tenemos”, en comparación con las potencias mundiales.