Usted está aquí: miércoles 9 de julio de 2008 Economía Pacta el G-8 reducir 50% las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero

■ Llama a productores de crudo a aumentar su producción y refinación para enfriar precios

Pacta el G-8 reducir 50% las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero

■ Es “imperativo” levantar restricciones a exportaciones agrícolas, coincidieron en Japón

Afp y Reuters

Ampliar la imagen Manifestantes con imágenes de los líderes del Grupo de los Ocho marcharon por las calles de Sapporo contra el encuentro que se celebra en Japón Manifestantes con imágenes de los líderes del Grupo de los Ocho marcharon por las calles de Sapporo contra el encuentro que se celebra en Japón Foto: Ap

Ampliar la imagen El francés Alain Robert escala el edificio Skyper, en Francfurt, Alemania, como parte de las protestas contra el calentamiento global y el G-8 que se reúne en Japón El francés Alain Robert escala el edificio Skyper, en Francfurt, Alemania, como parte de las protestas contra el calentamiento global y el G-8 que se reúne en Japón Foto: Ap

Toyako, Japón, 8 de julio. Los líderes de las ocho grandes potencias (G-8) acordaron reducir al menos 50 por ciento las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero para 2050, y que cada nación fije su propia meta a mediano plazo. También llamaron a los países productores de crudo a aumentar sus capacidades de producción y refinación para ayudar a enfriar los precios de los combustibles. Sobre la crisis alimentaria hicieron un llamado a las naciones con suficientes reservas de comestibles para enfrentar los altos precios, e indicaron que es “imperativo” levantar las restricciones a las exportaciones agrícolas. Prometieron a África otorgar 60 mil millones de dólares en cinco años para luchar contra la malaria, el sida y la tuberculosis, y duplicar la ayuda en 2010, al tiempo que mostraron su preocupación por la tensión que persiste en los mercados financieros.

Esta es la primera vez que Estados Unidos acepta una meta de reducción de gases con efecto invernadero. La primera economía mundial nunca se adhirió al Protocolo de Kyoto, que expira en 2012 y hasta ahora buscaba un acuerdo más amplio que incorporara a grandes economías emergentes como China e India.

En paralelo, las tres principales agencias especializadas de la ONU, en Roma, solicitaron a los países del G-8 que se comprometan a alimentar al mundo con una “revolución verde” que otorgue mayores fondos al desarrollo agrícola, y criticaron las escasas inversiones en el sector.

“Una de las tantas causas de la actual crisis alimentaria mundial es el dramático bajo nivel de las inversiones en el sector de la agricultura durante los tres decenios pasados”, sostienen en un comunicado conjunto la Organización de Naciones Unidas par la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola y el Programa Mundial de Alimentos.

La cumbre de Japón, que reúne a los líderes de los países más industrializados, además de Rusia, puede “contribuir de manera decisiva” en la lucha contra el hambre y la pobreza, según las organizaciones de Naciones Unidas.

“Espero que los miembros del G-8 respeten los compromisos adquiridos en la reciente cumbre de la FAO celebrada en Roma”, declaró en una entrevista el director general de la FAO, el senegalés Jacques Diouf.

En una carta, las principales asociaciones de productores de etanol de Brasil, Canadá, Estados Unidos y Europa reclamaron a los líderes del G-8 que consideren a los biocombustibles como parte de la solución “a la dependencia mundial del petróleo”.

Según especialistas, la producción en masa de biocombustibles puede empujar al alza los precios de los alimentos y provocar más emisiones de gases contaminantes, en vez de reducirlas. El club de los más ricos sopesa las ventajas y desventajas de los biocombustibles, que podrían reducir las emisiones contaminantes pero también encarecer los alimentos, mientras Brasil lanzaba en el G-8 una intensa campaña en defensa de su etanol.

La cuestión de los biocarburantes “es uno de los temas candentes en las conversaciones de los líderes sobre los crecientes precios de los alimentos y la lucha contra el cambio climático”, expuso un funcionario de la cancillería japonesa, que pidió el anonimato. “Es muy difícil alcanzar un consenso claro”, añadió.

La Unión Europea se fijó como meta aumentar el porcentaje de biocarburantes para el transporte a 10 por ciento, desde ahora hasta 2020. Pero los líderes del G-8 señalaron que conviene asegurar “la compatibilidad de las políticas para una producción sostenible y la utilización de biocombustibles con la seguridad alimentaria”.

El gobierno británico anunció el lunes que bajará el ritmo de expansión de los biocombustibles, luego de que un informe del Banco Mundial filtrado a la prensa indicara que la explosión del cultivo de carburantes vegetales es responsable en 75 por ciento del encarecimiento de los alimentos.

“No hay duda de que (el uso de biocarburantes) tiene un efecto” en el precio de los alimentos, señaló el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, al margen de la cumbre del G-8. No obstante, defendió el desarrollo de biocombustibles de segunda generación fabricados a partir de partes no comestibles de plantas.

Preocupados por petroprecios

Entre sus conclusiones, los líderes de los países más ricos destacaron que los precios del petróleo y los alimentos suponen un “serio desafío a la estabilidad del crecimiento mundial” y “aumentan la presión inflacionaria en el mundo”. En el comunicado sobre el estado de la economía mundial, los representantes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia aseguraron que tomarán “las medidas apropiadas, de manera individual y colectiva, para asegurar el crecimiento y estabilidad en nuestras economías y del mundo.

“Tenemos serias preocupaciones sobre la fuerte alza de los precios del petróleo, que plantea riesgos a la economía mundial”, añadieron en un comunicado.

“Del lado de la oferta, las capacidades de producción y refinación deben ser aumentadas a corto plazo. También se necesitan esfuerzos conjuntos para expandir las inversiones en exploración, producción y refinación a mediano plazo; se requieren esfuerzos conjuntos para enfrentar las causas subyacentes para beneficio de todos”.

 
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