■ Con delicias japonesas fueron agasajados junto con sus esposas
Manjares abrieron la cumbre de los ricos que buscan solución al hambre
Toyako, 8 de julio. Los líderes más poderosos del planeta mostraron más sus habilidades con los palillos, al comer carne vacuna fría de Kioto, conocida como shabu shabu, trozos de carne grasa de atún crudo, cangrejos “peludos” o kegani, y sopa de cangrejo del mar de Ojost, frente a las costas rusas, servidos en una bandeja de forma de abanico. Así, dejaron de lado el debate sobre la crisis alimentaria mundial para disfrutar de un banquete de delicias japonesas en Hokkaido, al norte del país, conocido mundialmente por sus exquisitos pescados y mariscos.
Los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Rusia y Japón se sacaron los zapatos y se sentaron en tapices japoneses (tatamis), el lunes de noche, para una cena de gala de ocho platos que marcó el comienzo de su cumbre.
Entre los platos figuraba una cazuela de cordero alimentado con leche y aderezado con hierbas y mostaza, así como cordero asado con hongos y trufas negras, todo regado con vinos franceses, californianos y húngaros. Para terminar, diversos postres integrados en una fantasía del G-8 y quesos, miel de lavanda y nueces caramelizadas.
Las damas disfrutaron asimismo de una tradicional ceremonia japonesa del té más temprano, siguiendo las instrucciones de la esposa de Fukuda, Kiyoko, y presenciaron demostraciones sobre cómo plegar y vestir un kimono y sobre caligrafía nipona.
“La gente realiza la ceremonia del té para desear buena salud a la familia y a los amigos, y para desear la paz mundial”, dijo Kiyoko a las esposas de los líderes.
Los jefes de Estado y de gobierno viajaron a Toyako para debatir cómo solucionar los mayores problemas del planeta, empezando por los altos precios de los alimentaros, que causa estragos entre los más pobres.
“Bienvenidos a Toyako”, expresó el primer ministro Yasuo Fukuda a los líderes y sus cónyuges en este espectacular enclave montañoso, al comienzo de la cena convocada bajo el lema “Hokkaido, bendición del mar y la tierra”.