■ García Agraz: 70% de los recursos, generados por ellos mismos
Presentan los Estudios Churubusco su nueva imagen de industria rentable
Estudios Churubusco Azteca, que en 2004 estuvieron a punto de desaparecer por decisión del entonces presidente Vicente Fox, lanzó la semana pasada, en un megacoctel en sus instalaciones, su “nueva imagen como industria cultural rentable”, además de la celebración porque por primera vez su laboratorio fotoquímico (“que siempre ha sido su caja registradora”, aseguró en entrevista el director de esta entidad, José Luis García Agraz) obtuvo la certificación Imagecare, que otorga la empresa Kodak, la cual ostentan los mejores laboratorios del mundo en cuanto al proceso de revelado de negativo.
Al obtener la certificación, los Churubusco demuestran “que trabajan de acuerdo con los estándares internacionales en el procesamiento de película”. Aunque, la pregunta es: ¿son rentables?, García Agraz respondió: “Sólo en algunas áreas. Tenemos la facultad de ser empresa paraestatal, que nos libra de muchos daños. Sólo un porcentaje de gasto federal es el que entra a los estudios. La mayoría, casi 70 por ciento, es de recursos generados por nosotros mismos: pago la nómina de lo que ingresa. Por eso no nos conviene ser tan estatales”.
El descuido, problema fundamental
Abundó: “Los foros son rentables, las oficinas siempre están ocupadas, el área de sonido digital siempre está en movimiento, pero al laboratorio fotoquímico es a lo que queremos dar la misma fuerza que al laboratorio digital, porque el primero siempre ha sido la caja registradora de los estudios, pero parte de su problema fundamental fue el descuido. Una vez que nos concentramos en desarrollarlo, automáticamente comenzará a dar vida a los Churubusco”.
Sobre la posibilidad de que al gobierno se le ocurriera venderlos, el también cineasta aseguró que “eso no puede volver a suceder. Viví eso desde la trinchera de defensa como profesor del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). Cuando fuimos al Congreso de la Unión pensamos que era fácil defender a un instituto, más aún a una escuela, no así una empresa paraestatal que es muy grande (en términos de espacio) y que no estaba produciendo, pero lo hicimos. Ahora hay mejores condiciones, hemos restructurado para mejorar los procesos. Generamos elementos que dan certidumbre a todos los productores para que vengan a estos estudios a producir”.
El realizador de cintas como Salón México, Desiertos mares, El misterio del Trinidad, entre otras, afirmó que “la idea (del lanzamiento) es hacer una convocatoria para toda la gente del cine, del medio audiovisual, para decirles que esta es la casa del cine mexicano. Se trata de empujar a la empresa, que tiene que aprender moverse por otras áreas. Desarrollar una entidad fuerte, que ha estado a punto de desaparecer; un lugar en el que puedan filmar desde estudiantes pandrosos hasta productores encumbrados”.
García Agraz habló de modo desenfadado, como creador devenido funcionario: “Soy gente de cine y sé que es importante tomar en cuenta a todos. Hay que juntarnos para obtener soluciones, buscar la manera de que convivan las distintas fuerzas que tienen que ver con el cine. Por eso queremos tener un lugar donde se puedan hacer negocios, o un bar donde la gente venga a planearlos, a echarse un trago con los actores o productores. Eso es lo que se ha perdido y lo queremos recuperar”.