Usted está aquí: jueves 10 de julio de 2008 Mundo McCain nutre su imagen de “disidente” para no verse afectado por la desaprobación a Bush

■ En los hechos, las posturas del senador en el Congreso lo ubican como un conservador

McCain nutre su imagen de “disidente” para no verse afectado por la desaprobación a Bush

■ Hasta ahora va bien librado al permanecer casi empatado con Obama en los sondeos: analistas

David Brooks (Corresponsal)

Ampliar la imagen El virtual candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, John McCain, en un acto de campaña ayer en una preparatoria de Portsmouth, Ohio El virtual candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, John McCain, en un acto de campaña ayer en una preparatoria de Portsmouth, Ohio Foto: Ap

Nueva York, 9 de julio. John McCain es un héroe y un disidente. O por lo menos esa es la imagen que ha nutrido cuidadosa y deliberadamente durante toda su carrera política y con la cual quiere conquistar, a pesar de ser considerado el menos favorecido, la Casa Blanca.

Escenas de jóvenes manifestantes, hippies –uno con chaleco y sin camisa, besando a una joven que carga aparentemente en el festival de Woodstock– se intercalan con una imagen de un piloto de guerra, un bombardeo aéreo, una vietnamita con un rifle sobre los escombros de un caza derribado, un joven en una cama de hospital y después dando un saludo militar al retornar a Estados Unidos, y luego imágenes del mismo joven saludando a Nancy Reagan, y pasando a la actualidad, saludando a votantes y hablando frente a una bandera estadunidense, entre otras. La secuencia de imágenes cierra con el militar joven y el político ya maduro ahora, y se ve la firma de John McCain.

La voz de un narrador dice: “fueron tiempos de incertidumbre, esperanza y cambio, el verano del amor. A medio mundo de ahí, otro tipo de amor, de país: John McCain derribado, bayoneteado, torturado... De regreso a casa se sumó al servicio público. Su filosofía: antes de partido, encuestas y sí mismo, América. Un disidente, McCain abordó reformas electorales, militares, de gasto federal. Se enfrentó a presidentes, partidarios y la opinión pública. Cree que nuestro mundo es peligroso, nuestra economía un desastre. Las palabras bellas no harán mejor nuestras vidas. Pero un hombre que siempre puso primero a su país y su pueblo antes de sí mismo, antes de la política, sí puede. No esperes una vida mejor, vota por una. McCain”.

Énfasis en su “heroísmo” militar

Este es el nuevo espot de la campaña de McCain, y los mensajes y símbolos son obvios. Con el contraste de imágenes, entre quienes se dedicaban al gozo y los que cumplían con su deber con la nación (aunque Obama sólo tenía 6 años durante el llamado “verano del amor”), el mensaje central es que McCain es un “héroe” militar, y un atrevido, tal vez hasta disidente, en el ámbito político.

McCain nació, se crió y fue educado en el mundo militar. Nace en Panamá, hijo del almirante encargado de la Zona del Canal de Panamá cuando era territorio estadunidense, y egresa de la Academia Naval en Anápolis. Como piloto de la marina en Vietnam, su avión fue derribado –él bromea que logró interceptar un misil superficie-aire– y es capturado por las fuerzas “enemigas”. Durante cinco años es prisionero de guerra, sufre torturas y vive en una muy reducida jaula. Hasta hoy, McCain no puede elevar plenamente los brazos por ese trato.

Como político nutrió su imagen de “disidente” dentro del Partido Republicano. Luego de ser manchado por un escándalo de corrupción en la legislatura, respondió con iniciativas para reformar las reglas del cabildeo político y las formas en que se financian las campañas electorales, algo que provocó un poco de descontento entre muchos de sus colegas.

También rompió con una mayoría de su partido en otros temas, notablemente sobre el debate del uso de la tortura y, por otro lado, su liderazgo al promover una reforma migratoria integral. Aunque recientemente ha dado un giro en ambos temas, ha bajado considerablemente su voz en torno a su repudio al uso de la tortura en la “guerra contra el terror” y ahora insiste en que una condición previa a una reforma migratoria es establecer el “control” de la frontera (como lo planteó recientemente en México), estos antecedentes nutren su imagen de “disidente”.

Esta imagen ayuda a explicar cómo es posible que en una coyuntura donde el presidente y líder del Partido Republicano goza de una de las tasas más bajas de aprobación en la historia, donde el propio partido, según una encuesta reciente del Wall Street Journal cuenta con una percepción positiva sólo entre 27 por ciento de los votantes (el nivel más bajo en dos décadas), y donde mas de 80 por ciento del electorado opina que el país avanza por una vía equivocada, el abanderado de ese mismo partido no esté hundido desde el inicio.

El hecho es que McCain, durante los últimos dos meses, ha mantenido un margen de diferencia muy cerrado con Obama, a veces, incluso, casi llegan a estar empatados. La explicación según el Journal es que “la imagen de McCain está superando factores negativos como la guerra y la economía”. Según una encuesta de Pew Research Center, una mayoría de votantes lo identifica como “un centrista con posiciones bastante parecidas a las suyas”.

Pero en los hechos, la imagen de McCain como político “atrevido”, apoyado por sectores no alineados con ninguno de los dos partidos nacionales, los llamados “independientes”, un líder que vota sus convicciones y no la línea política, carece de sustancia real. En el actual periodo del Senado, McCain no mostró ninguna independencia, votando con la mayoría de su partido en 90 por ciento de las veces, y sus votos durante 2005 y 2006 lo colocarían en segundo lugar entre los senadores más conservadores de ese Congreso. Entre 2007 y 2008 McCain ha apoyado a Bush en más de 95 por ciento de sus votos, reportó The Nation.

Es reconocido su talento de seducción de los medios, tal vez uno de los políticos más accesibles a los periodistas, y el resultado es que ha gozado de una cobertura general –y extraordinariamente– positiva. Con ello, su imagen es proyectada según sus deseos.

El hecho de que su heroísmo como tal se reduce a un incidente de guerra con resultados desafortunados para él personalmente –como dice Gore Vidal, no fue un acto heroico ser derribado y capturado, no salvó a nadie ni logró un escape milagroso– y que su vida profesional fue promovida primero por el hecho de que su padre fue un almirante, y después su carrera política fue exitosa en parte gracias a las amplias finanzas de su esposa, Cindy, heredera de una fortuna proveniente de una de las grandes distribuidoras de cerveza en este país, no parecen interferir con la imagen tan cultivada a lo largo de estos años.

Su gran desafío ahora es diferenciarse de uno de los políticos más reprobados de la historia contemporánea –Bush– y a la vez denigrar a su contrincante demócrata como un joven político con gran retórica pero poca experiencia en “un mundo peligroso”. Por ahora lo está logrando. Ya que casi todo analista considera que las condiciones para esta elección favorecen como nunca a los demócratas –por la crisis económica, el desastre de la guerra, Katrina, los engaños, la tortura, y tanto más que ocurrió durante la estancia de los republicanos en el poder– lo que asombra a estas alturas es que en el promedio de las principales encuestas nacionales, McCain está a menos de seis puntos atrás de Obama en las preferencias del voto.

 
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