■ La CROC y la CROM decidieron separarse en 2006 por diferencias con Víctor Flores
El CT readmite a dos centrales obreras
El Congreso del Trabajo (CT) aceptó el reingreso de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) a sus filas, las cuales habían roto con esta central desde hace más de dos años, luego de que tuvieron una fuerte pugna sindical con el dirigente ferrocarrilero Víctor Flores.
La separación de estas centrales obreras ocurrió en 2006 y fue de tal magnitud que incluyó un “madruguete” en votaciones y despliegue de “porros”; sin embargo, ayer los dirigentes parecieron olvidar la disputa e hicieron “operación cicatriz”.
La reincorporación oficial de la CROC y la CROM será el próximo martes, según anunció el líder del Congreso del Trabajo, Enrique Aguilar Borrego, mientras que Víctor Flores sostuvo que no se les puso “ninguna condición ni exigencia” a estas organizaciones para aceptar su regreso.
Desde temprano se reunieron en la sede del Congreso del Trabajo los líderes de los sindicatos que conforman la central, y ahí 38 dirigentes de las federaciones, confederaciones y sindicatos nacionales votaron y aprobaron la solicitud de reingreso de estas dos centrales que fueron fundadoras.
“El compromiso es fortalecer la unidad del sector obrero y respaldar la lucha y la defensa de los derechos laborales de los trabajadores en todo el país”, cuyos bolsillos están siendo impactados por la inflación que golpea la economía familiar, señaló Aguilar Borrego.
Víctor Flores Morales, a quien los líderes de la CROC y la CROM le disputaron hace dos años la dirigencia del CT y el asunto se tuvo que ir hasta las instancias laborales, ahora les dijo que no hay ninguna condición ni exigencia de pedir perdón en la decisión de aceptar la reincorporación de estas centrales. “Lo vemos con buenos ojos y así se debe entender”, dijo, y agregó que con esta acción “demostramos madurez, inteligencia y una gran voluntad de sumar esfuerzos.”
En 2006 Flores Morales operó para prorrogar su mandato como presidente del Congreso del Trabajo, lo que no fue aceptado por un grupo de organizaciones conformado por la CROC, la CROM y el sindicato minero. Éstos pidieron que se renovara la dirigencia de esa central, trataron de negociar y ante el aferramiento del dirigente ferrocarrilero para no dejar el CT, el día de las elecciones llegaron muy temprano a la central y con un grupo de sindicatos llevaron a cabo las elecciones, a las cuales no pudieron entrar Víctor Flores y otros dirigentes, dado que curiosamente esta central amaneció llena de jóvenes armados con toletes y palos que lo impidieron.
Era para “reforzar la seguridad de las elecciones”, dijo en ese entonces el líder de la CROC, Isaías González Cuevas, pero el hecho fue interpretado como “machetazo a caballo de espadas”, sólo que el ferrocarrilero no se quedó con su golpe y cambió en pocos minutos la sede de las votaciones, las realizó en un hotel de Insurgentes Sur –que por ciento se dice que es de su propiedad. Ahí llevó a cabo las votaciones y, por supuesto, prolongó su mandato.
González Cuevas, por su parte, tomó posesión del CT como presidente del organismo y entonces se generó una “dirigencia paralela”, ya que tanto él como Flores Morales se declararon ganadores del proceso. Tiempo después la Secretaría del Trabajo le dio el aval al líder ferrocarrilero.