■ La secretaría se ha convertido en peón de la IP, subraya
La STPS y Grupo México fracasarán en sus ataques a mineros: Gómez Urrutia
El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Javier Lozano Alarcón, y el dueño de Grupo México, Germán Larrea Mota Velasco, han operado para “destruir” al Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, denunció ayer el líder de esta organización, Napoleón Gómez Urrutia, y señaló que “todo les ha salido mal. No le han atinado a una sola de sus trampas y agresiones”.
El dirigente envió ayer un mensaje a los trabajadores del gremio desde Vancouver, Canadá, por medio de una videoconferencia, con motivo del 74 aniversario de Día del Minero, este 11 de julio. En el mensaje aseguró que no lograrán vencerlos ni derrotarlos, aun cuando “la Secretaría del Trabajo está al servicio de las empresas y no de los trabajadores. Ha desvirtuado y devaluado por completo la función que la ley le ordena y se ha convertido en un simple departamento de relaciones industriales del sector patronal”.
La dependencia y Grupo México han pretendido acabar con esta organización sindical, primero buscando descabezarlo; después, congelando ilegalmente en los bancos sus fondos financieros, los cuales son patrimonio de todos los mineros, para asfixiarlo e inmovilizarlo y, finalmente, lanzando calumnias y mentiras contra su dirigencia, sostuvo Gómez Urrutia, a quien la Secretaría del Trabajo negó recientemente la “toma de nota” como secretario general del gremio.
Pero, pese a las agresiones, el sindicato en lugar de dividirse se ha unido y se ha hecho más sólido, agregó el dirigente, y expuso que “las actuales autoridades (laborales) han pretendido anular nuestra autonomía sindical, intervenir mediante amañadas tomas de nota en los asuntos que son absolutamente exclusivos de los trabajadores agremiados, mineros, metalúrgicos y siderúrgicos, pero no lo han logrado ni lo lograrán”.
Lozano Alarcón pretende demostrar “que es él quien otorga el derecho a nuestro gran sindicato para vivir, como si necesitáramos de su dictamen para existir y luchar”, remarcó.
Hizo ver que el sindicato minero tiene enorme apoyo internacional, el cual es “moral, político y económico”, por lo que “no nos van a doblar ni acabar por falta de recursos económicos, que las organizaciones mundiales hermanas han aportado generosa y solidariamente a nuestra lucha y lo seguirán haciendo en cumplimiento de la solidaridad internacional de clase”.
Al hacer un balance de los dos años que lleva el conflicto, aseguró que el gremio no se ha debilitado, ni tampoco ha mermado su capacidad de resistencia y combatividad, aun cuando “nos han agredido, han asesinado compañeros mineros y metalúrgicos, han pervertido la ley para golpearnos, han emprendido costosísimas campañas sucias –y negras como sus conciencias– en los medios de comunicación contra nuestros dirigentes y contra todo el gremio”, y además de que se les ha intentado dividir, también han buscado crear sindicatos espurios, “comprado esquiroles y demás”.
También mencionó que “últimamente Grupo México, con la complicidad siempre despreciable del secretario del Trabajo, ha sacado a la luz pública a un supuesto grupo minero que no existe como grupo sindical, sino que se presenta como cooperativa de producción y lleva por título Veta de Plata, con la pretensión de atacar y calumniar a nuestro sindicato”. Sin embargo esta organización no forma parte de la membresía del gremio minero, por lo que se trata de un nuevo intento de utilizar falsos trabajadores para atacar a la organización, afirmó Gómez Urrutia .
Por último señaló que la lucha de los mineros “va para largo”, que la condición para levantar las huelgas de Taxco, Guerrero; Cananea, Sonora y Sombrerete, Zacatecas, sigue siendo que Industrial Minera México ponga condiciones de seguridad e higiene adecuadas a la salud de los trabajadores; que no cejarán en que se haga justicia por el homicidio industria de Pasta de Conchos y se enjuicie y encarcele a los asesinos de dos sindicalizados en Sicartsa, Lázaro Cárdenas y de un minero en Nacozari, Sonora.