Crisis entre anglicanos por obispas
Londres, 10 de julio. El controvertido principio de la ordenación de obispas en Inglaterra por la Iglesia anglicana ha creado una grave crisis en esa institución, con las amenazas de escisión de más de mil 300 miembros del clero.
Tras un apasionado debate entre liberales y tradicionalistas, el sínodo de la Iglesia de Inglaterra, reunido el lunes en York (norte), aprobó con una confortable mayoría el principio.
Un texto para implementar la reforma será presentado al sínodo en febrero y luego sometido a la aprobación diocesal, antes de volver al sínodo en 2011 o 2012. Es poco probable que una mujer asuma funciones de obispa antes de 2014.
El Vaticano lamentó el martes esta decisión y afirmó que ella constituirá “un nuevo obstáculo a la reconciliación, que tendrá consecuencias para el diálogo entre anglicanos y católicos, que comenzaba a dar frutos”.
Los sacerdotes y obispos de la Iglesia católica son exclusivamente de sexo masculino y las mujeres no pueden oficiar la misa.
Esta votación consagró la influencia de los liberales, al punto de que el sínodo rechazó mociones de acuerdo con los conservadores, lo que inquieta al arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, quien, pese a militar en la línea modernizadora, no deja de preocuparse por el riesgo de una escisión.
La instauración de “súper obispos”, que se encargarían de oficiar en las parroquias que rechacen a las obispas, fue rechazada, por ejemplo, lo mismo que la creación de nuevas diócesis para las parroquias que se nieguen a aceptar a las obispas.
Reonocimiento a mujeres
La única concesión a los tradicionalistas tiene que ver con un código de conducta, cuyo contenido está aún por precisarse, para aquellas cuyas convicciones religiosas les impidan reconocer la legitimidad de las mujeres obispo.
De este modo, el sínodo ignoró la amenaza de más de mil 300 religiosos anglicanos, entre ellos 11 obispos, que escribieron al arzobispo de Canterbury anunciándole que estaban decididos a romper con la Iglesia de Inglaterra si ésta no imponía su veto al obispado femenino.
El obispo tradicionalista de Fulham, John Broadhurst, lanzó una advertencia después de la votación del lunes. “Pienso que muchos de nosotros hemos dicho claramente que si no se nos dan los medios para vivir con dignidad, inevitablemente nos están empujando hacia la puerta de salida”, dijo.