■ En realidad, la mayor parte de lo que compran son alimentos y productos para la familia
Estereotipo falaz, que las mujeres son “gastalonas”: foro Género y consumo
■ Deben desarrollarse políticas de protección al público para atender las necesidades femeninas
Ampliar la imagen Una joven observa aparatos electrodomésticos en una tienda Foto: José Carlo González
Las mujeres han sido estigmatizadas o satanizadas como las más grandes “gastalonas, consumistas y derrochadoras” de la sociedad, cuando en realidad el mayor porcentaje de lo que compran son alimentos y productos para la familia, coincidieron legisladoras, empresarias e investigadoras, así como funcionarias del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), durante el foro Género y consumo, organizado por esta última dependencia.
El desequilibrio que ya existe entre la información y recursos que concentran los proveedores respecto a los que tienen los consumidores “se exacerba en el caso de las consumidoras, quienes además deben enfrentarse a la exclusión, la discriminación y la marginación contra las que las mujeres han luchado durante décadas”, expuso Antonio Morales de la Peña, titular de la Profeco, cuando inauguró el foro, al que calificó de “inédito”.
A las mujeres, ponderó, les corresponde tomar la mayoría de las decisiones en el hogar, y eso incluye la selección y compra de casi todos los productos y servicios que requiere la familia, por lo que se pronunció por el desarrollo de políticas públicas en materia de protección al consumidor y de educación, pero en específico dirigidas a atender las necesidades de las mujeres.
Basada en estadísticas del INEGI, Laura Correa, directora de Desarrollo Sustentable de Inmujeres, precisó que en las zonas urbanas “los hogares con jefatura femenina destinan más gasto en los alimentos consumidos en el domicilio, representando hasta 76 por ciento del total, mientras que en los encabezados por varones ésto asciende a 54.2 por ciento”, en tanto que en el caso de las zonas rurales la diferencia porcentual no es tan grande.
La funcionaria dijo que si bien las mujeres pueden gastar más en artículos para el cuidado personal respecto a los hombres –11 y 10 por ciento, respectivamente–, estos últimos destinan 35 por ciento del presupuesto familiar para alcohol, cigarros, deportes, esparcimiento y estudios.
A su vez, Blanca Judith Díaz Delgado, presidenta de la Comisión de Equidad y Género del Senado, exhortó a la concurrencia a abatir los mitos que intrínsicamente presentan a las mujeres como las que más gastan y que en gran medida lo hacen en productos destinados a satisfacer su vanidad, cuando la realidad es que “compramos para otros”.
En tal sentido, ponderó también la aportación económica que las mujeres hacen al producto interno bruto y anunció que presentará ante el Congreso de la Unión una iniciativa para que el IVA de productos destinados aparentemente al uso exlusivo de las mujeres –como cosméticos, pantimedias o toallas femeninas– sea destinado a programas de salud, educación y desarrollo social para el género femenino.
La mayoría de las compras realizadas por mujeres no obedecen a la vanidad sino a decisiones tomadas en función de la familia, aunque anuncios y campañas publicitarias en medios de comunicación hagan creer lo contrario, apuntó Martha Angélica Tagle Martínez, secretaria de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados, al considerar que el tema de consumo requiere tratarse bajo la perspectiva de género.
En el foro también abundaron las críticas a la utilización de la mujer como objeto sexual en anuncios publicitarios de todo tipo, por lo que los participantes exhortaron a la Profeco a intensificar la vigilancia e imponer sanciones contra la llamada publicidad engañosa.