■ El uso excesivo de audífonos puede provocar este mal, advierte experto de la UNAM
La inconsciencia sobre exposición a ruidos puede llevar a la sordera
■ Felipe Orduña Bustamante coordina un equipo de ciencias aplicadas para reducir el sonido de los ventiladores de las computadoras
■ Recomienda el uso de tapones para conservar la salud auditiva
Aumentar la exposición a ruidos de reproductores de música y a los audífonos puede causar daños graves al oído o sordera total, pues la intensidad del sonido alcanza más de 100 decibeles (dB), aseguró Felipe Orduña Bustamante, coordinador del área de acústica del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (Ccadet) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Un decibel es la unidad utilizada para medir la intensidad del sonido, recordó. Se ha determinado que la actividad mínima es de cero dB, y aunque este umbral no siempre sea el mismo para todas las frecuencias, es el nivel básico de percepción para el oído humano.
En la actualidad falta conciencia sobre lo que se escucha cotidianamente y, como es difícil medir o distinguir cambios en las transmisiones sin ayuda de algún aparato, los daños pueden ser imperceptibles, reveló el especialista universitario.
Explicó que se han hecho estudios sobre los niveles de los sonidos cotidianos. De acuerdo con ello el del bosque se encuentra en la parte más baja de la lista, con únicamente 18 dB.
El ruido de una habitación también está entre los más inocuos, pues es de 20 dB, mientras el producido en una biblioteca es de 37; la sala de una casa registra 40 dB, siempre y cuando la televisión permanezca apagada, señaló.
En una conversación normal, como las charlas de sobremesa, el registro es de 58 dB; las oficinas en que se manejan copiadoras, faxes y, sobre todo, computadoras –debido a su ventilador– reportan 68 dB.
Orduña Bustamante, doctorado en sonidos y vibraciones en Southampton, Inglaterra, explicó que coordina un grupo de estudiantes e investigadores, el cual trabaja en un proyecto para disminuir el ruido de las computadoras.
Dijo que después de realizar diversos estudios comprobaron que la simple activación de un abanico disminuye la atención de un grupo de estudiantes en una clase normal.
El tránsito vehicular, peligroso
Agregó que en la escala de los sonidos más altos se encuentra el del tránsito vehicular, que en condiciones normales alcanza 80 dB, pues en él se unen los ruidos de motores de automóviles, camiones de carga, motocicletas, cláxones e incluso de ladridos de perros. Algunos centros de trabajo suelen ser los lugares de mayor incidencia nociva y de los menos cuidadosos al respecto. Sugirió usar tapones para preservar la salud auditiva.
Los talleres mecánicos y electrónicos, carpinterías, fábricas o construcciones, donde los obreros se exponen a los ruidos de martillos eléctricos, serruchos o taladros, alcanzan 87 dB.
Orduña Bustamante destacó que a partir de 120 dB se presenta dolor en el oído, e incluso pueden generarse estadios de sordera o demoras prolongadas para recuperar por completo la capacidad.
Los grupos de rock, puntualizó, generan niveles por arriba de 110 dB, mientras los cohetes o juegos pirotécnicos superan 120, y se encuentran en los grados más altos.
El especialista agregó que el tímpano puede reventarse con el ruido de las turbinas de un avión, que a una distancia de 25 metros llega a 140 dB y alcanza el nivel más alto.
El oído, concluyó, como todos los sentidos humanos, es finito, y tarde o temprano puede perderse; sin embargo, si se cuida de exponerlo de forma constante al ruido, la salud puede prolongarse.