Las mineras canadienses
Desde el año 1994 la empresa canadiense Minefinders, por conducto de su subsidiaria Compañía Minera Dolores, se estableció en territorios ejidales de Huizopa, municipio de Madera, en la sierra de Chihuahua. Se instaló amparada con títulos de concesiones otorgadas por la Secretaría de Economía del gobierno federal, sin que la dependencia consultara a los ejidatarios. Durante más de 14 años la firma se ha dedicado a desarrollar trabajos de exploración, y ahora está a punto de concluir con el establecimiento de su planta principal para iniciar la explotación de mineral con el sistema de tajo a cielo abierto y lixiviación.
Para ello firmó en 2006 con los ejidatarios un contrato leonino de usufructo de mil 200 hectáreas, mediante el cual se comprometió a entregar 39 millones de pesos como único pago económico durante los 16 años de explotación. Sin embargo, las ganancias estimadas por la empresa ascienden a más de 3 mil millones de dólares. Además, Minefinders ha invadido ilegalmente más superficie territorial; hoy cuenta con 3 mil 498 hectáreas para el desarrollo de sus operaciones, e intenta mover el centro de población sin contar con la autorización de todos los ejidatarios.
Ante el riesgo inminente de deterioro ambiental, durante dos años los ejidatarios de Huizopa pidieron dialogar con la compañía para alcanzar un trato económico equitativo y asegurar un plan preventivo y seguro de preservación para la zona. Ante la falta de respuesta de la empresa y de las autoridades federales, los ejidatarios cerraron la entrada a las instalaciones en mayo de este año. Por ello la firma accedió a la negociación y, en presencia de autoridades estatales, los días 11 y 18 de junio pasado se establecieron acuerdos que la comunidad ha cumplido y la empresa no. Huizopa retiró el bloqueo, pero la minera se niega cumplir sus compromisos de proponer un programa de desarrollo sustentable para la zona.
Como en esas negociaciones la empresa negó que ocupara tierras en exceso e ilegalmente, el ejido de Huizopa propuso una medición para verificarlo. Ambas partes acordaron que una comisión técnica topográfica, integrada por peritos de la Dirección de Obras Públicas del gobierno del estado, la Dirección de Obras Públicas del municipio de Madera y la delegación federal de la Secretaría de Economía, determinara si la extensión utilizada por la empresa para sus labores se ajustaba o no a lo especificado en el contrato de usufructo.
Pero el día y la hora previstos para la inspección Minefinders se negó. Únicamente aceptó que se midiera la superficie de sus instalaciones centrales y no las tierras de exploración y explotación. Se acordó una segunda fecha para efectuar dichos trabajos, pero de nuevo la compañía se negó argumentando que no tenía determinado el territorio que ocupaba.
La depredación, la arbitrariedad, es la marca que la compañía canadiense está imponiendo en una de las regiones más puras y dignas de nuestro país. Minefinders está agrediendo la tierra de Arturo Gámiz, de Pablo Gómez, de Ramón Mendoza, de los hermanos Gaytán. También está haciendo pedazos, en el lodo y el cianuro, la grandeza y dignidad de Canadá.
Hace pocos días Hermann Bellinghausen informó en La Jornada que el gobierno de Chiapas concesionó a varias mineras 550 mil hectáreas para extraer minerales en 29 municipios de esa entidad. Otra vez, las empresas son canadienses: Fronteer Development Group, Radius Gold y Linear Gold, que se proponen aplicar el sistema de tajo a cielo abierto y lixiviación.
Las comunidades tardan en comprender el riesgo que este sistema de explotación significa para los mantos acuíferos, las tierras de cultivo y la sobrevivencia de los poblados mismos. Hasta ahora los campesinos de Venustiano Carranza, en particular de Cruztón, son los únicos que han mostrado resistencia. Informa Bellinghausen que una caravana civil de la otra campaña, compuesta por 30 personas, visitó el pasado fin de semana la comunidad para mostrar que los pobladores “no están solos”. Reportó, de igual forma, que el despliegue de la Policía Preventiva del estado en Venustiano Carranza es muy grande en controles, destacamentos y patrullajes, particularmente en el área de Cruztón.
En ninguna de las regiones donde se están estableciendo las mineras canadienses hay o habrá derrama económica que beneficie a las regiones ni a sus habitantes. Por el contrario, a cambio de su beneficio van dejando miseria, humillación, contaminación, desastres ecológicos, tierras yermas, mantos acuíferos envenenados y especies endémicas de fauna y flora exterminadas. ¿Esta es la contribución del gran país que es Canadá al desarrollo de nuestros pueblos? Se trata de un nuevo colonialismo bárbaro y depredador que con el nombre de globalización imponen las compañías en países con gobiernos corruptos o débiles. Ellas prosiguen, se proponen continuar (pues quizás México es el sitio donde la mayoría de las trasnacionales mineras canadienses se han asentado) también en Oaxaca, Guerrero, Durango y Sonora. ¿Señales de desarrollo y progreso? Sí, para Canadá. Para México, en ningún caso.