Usted está aquí: viernes 18 de julio de 2008 Opinión Ciudad Perdida

Ciudad Perdida

Miguel Ángel Velázquez
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■ Denostar la consulta, ahora en la campaña mediática

■ Incomodan las preguntas incómodas

Ya se les acabó el News Divine y ahora se fueron sobre la consulta ciudadana que se celebrara el domingo 27 de julio para conocer lo que la gente quiere para el futuro del petróleo de México.

Se trata, esta vez, de descalificar las preguntas que se harán a la población, y entonces se dice, desde las áreas del gobierno, y como ya es costumbre, desde las trincheras del periodismo de mercado, que los cuestionamientos son sesgados, que es propaganda, y en general que no sirven, pero en realidad lo que no soportan es la derrota anticipada.

Pero eso no es lo peor. Lo que es digno de remarcar es el cinismo con el que se comportan autoridades y anexos. Se dice, por ejemplo, que muchas de las actividades de Pemex ya están en manos de la iniciativa privada desde hace mucho tiempo y por ello la pregunta que se hace a la gente es tendenciosa y mentirosa.

Vaya cínicos. Si bien es cierto que la participación de la IP es casi desde siempre en algunas áreas de la petrolera, también lo es que muchas otras son absolutamente ilegales, y que lo que se pretende con la reforma de Calderón es, entre otras cosas, legalizar el saqueo que las trasnacionales y otras empresas del país han infligido a Pemex.

Para ellos es importante legalizar la ratería. Los verdaderos patrones de quien administra los dineros de todos los mexicanos no pueden seguir en la incertidumbre. Necesitan que las leyes respalden sus actividades hoy ilícitas, por eso buscan desinformar y crear un ambiente que desaliente la consulta, para no cargar con el peso de una decisión ciudadana que, se advierte, les será desfavorable.

Eso es la consulta: la confirmación del repudio a las acciones de Calderón, cuyo sentido es pagar las facturas de las altísimas deudas que contrajo para poder habitar Los Pinos.

Las preguntas, como fueran –las dadas a conocer son muy malas–, serían condenadas, y como fueran también tendrían una respuesta que ya está dada, y no como ellos aseguran por puros perredistas, por la base de López Obrador, sino por cualquier ciudadano más o menos consciente que tenga claro que cada una de las privatizaciones ha ido en su contra. No hay que ir muy lejos, sólo se debe echar una mirada a lo que pasó con la banca.

En los foros organizados por el Senado de la República la derrota de las ambiciones de la iniciativa privada ha sido aplastante. El instrumento que usaron, la reforma de Calderón, ha recibido, una y otra vez, el mandoble de la razón constitucional, y la argumentación sana de los políticos comprometidos con México, además de los informes técnicos, que no dejan lugar a dudas.

Pero el miedo les mueve. En su medio más favorable: la televisión, la propaganda gubernamental que quiere entrampar al ciudadano es incesante. Se ha dicho de todo, desde aquella aventura mediática del tesorito en el fondo del océano, hasta eso de que es mejor producir en el país los recursos energéticos necesarios, en lugar de comprarlos en el exterior.

Y esto es lo mejor de todo, porque lo que no se dice en la propaganda es que la producción de esos recursos estaría en manos de extranjeros o de nacionales que ya adueñados del petróleo, en poco tiempo lo venderían a las trasnacionales, como sucedió con la banca, y que las ganancias de todo esto no las vería, ni por asomo, la población del país.

De pasadita

En el pleno uso de sus armas de chantaje y terror, el gobierno federal iniciará el próximo sábado, por medio de la Asociación Nacional de Padres de Familia, faltaba más, una propaganda en contra de Marcelo Ebrard y la consulta del día 27, en la que se utilizarán los videos del News Divine para advertir que mientras el jefe de Gobierno anda con lo de la consulta, “nuestros hijos mueren”. Se lo adelantamos porque seguramente la campaña negra tendrá que recibir, por parte de la autoridades del DF, la respuesta legal que merecen. Aguas con los terroristas.

 
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