■ Depositó en la Catedral Metropolitana una caja del tiempo; lo acompañó Norberto Rivera
En 2030, ni pobres ni desempleados ni criminales en México, desea Calderón
■ Discursos de políticos y humanistas, la bandera y la Constitución, entre los objetos guardados
Ampliar la imagen El presidente Felipe Calderón colocó diversos objetos en la denominada caja del tiempo que fue colocada en la torre oriente de la Catedral Metropolitana. En la imagen lo acompañan los arquitectos Javier Cortés Rocha y Julio Navarro Foto: José Antonio López
Ayer, en su primera visita a la Catedral Metropolitana, el presidente Felipe Calderón depositó en la denominada caja del tiempo su lista de deseos para 2030: que no haya pobres en México, que el país sea plenamente desarrollado y que, para entonces, se haya ganado la guerra contra el crimen organizado.
En medio de estrictas medidas de seguridad, Calderón, junto con el cardenal Norberto Rivera, el senador Santiago Creel, la secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, y el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Sergio Vela, atestiguaron la colocación de esta caja de acero inoxidable en la torre oriente de la catedral, que remplaza a una de 1791, y contiene testimonios, la mayoría digitalizados, de la época actual.
Durante su estancia, el michoacano fue cauteloso y no pasó del dintel de la puerta del recinto religioso aunque en su presencia el cardenal Rivera leyó una oración donde elevó sus “súplicas al Señor de los siglos y de la historia para que siga derramando sus gracias sobre esta ciudad, sobre su Iglesia y sobre el edificio de esta catedral en donde la Iglesia se sigue reuniendo para alabarlo”.
Primero, en el atrio oriente, el Presidente depositó uno a uno los objetos y, auxiliado de un destornillador eléctrico, selló la nueva caja de 22 centímetros de ancho por 32 centímetros de largo y 25 centímetros de alto.
A diferencia de la anterior (encontrada el 22 de octubre de 2007) y que albergaba monedas, medallas doradas, grabados de santos protectores y un relicario, ésta tendrá más objetos, muchos de ellos grabados en un disco óptico de alta permanencia. Entre ellos se encuentran mensajes de políticos y documentos gubernamentales, como el Plan Nacional de Desarrollo, la visión presidencial de México para el 2030 y el Informe de Gobierno de Calderón.
Tras mostrar su satisfacción por la conclusión de esta etapa de restauración de la Catedral Metropolitana, el mandatario federal leyó el mensaje que introdujo en la caja, el cual repite en esencia los objetivos contenidos en su visión del país hacia el 2030.
Como parte de sus aspiraciones, plantea que dentro de tres décadas deje de haber 14 millones de pobres, no haya desigualdad, que todos los jóvenes en edad universitaria tengan opción de estudios y la esperanza de vida del mexicano pase de 74 años a 80.
El anhelo presidencial consiste también en que dentro de 22 años haya un México seguro y de leyes, que para entonces se generen 900 mil nuevos empleos en vez de los 600 mil actuales y que el ingreso per cápita anual supere los 29 mil dólares, muy por encima de los ocho mil de 2006.
Además, dijo aspirar a que los países “con los que hemos venido compitiendo de tú a tú por los mercados, como China, India, Vietnam y los del este de Europa, se conviertan en consumidores de una gran variedad de productos”, y que México pase a ser una de las cinco economías más importantes del mundo.
El mensaje escrito del historiador Miguel León Portilla –que junto con el de Rivera fueron los únicos que distribuyó el CNCA– señaló como asignatura pendiente que los descendientes de los pueblos originarios de México y el resto de América Latina continúan en su mayoría marginados y en extrema pobreza.
También el autor de Visión de los vencidos reivindicó el laicismo, porque libera de dogmatismos; se preguntó si los métodos adoptados son un buen camino para enfrentar el narcotráfico y si existe en México y en Latinoamérica una democracia operante. Pero también encontró algunos signos de transformación en el país, como la existencia de instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional.
La caja, según informó Vázquez Mota, también contiene mensajes de la diputada perredista Ruth Zavaleta; del senador Santiago Creel Miranda; del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz; así como de científicos y humanistas como Mario Molina, Julieta Fierro, el escritor Carlos Fuentes, la golfista Lorena Ochoa y el “niño prodigio” Andrew Almazán.
En el listado de objetos también están la bandera de México, la Constitución, la biblioteca digital mexicana, música, obras de Octavio Paz, una moneda de plata de acuñación especial denominada Calendario Azteca, la película Los olvidados de Luis Buñuel, ediciones de periódicos y fotografías.
Calderón pide ayuda a jerarcas católicos
Por la tarde, el panista comió en Los Pinos con Carlos Aguiar Retes, presidente de la Conferencia del Episcopado; con Rivera; con Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo de Guadalajara, y con el nuncio apostólico, Christopher Pierre.
En un comunicado, la Presidencia de la República informó que “en el marco de la vigencia del Estado laico y la diversidad religiosa que se vive en nuestro país, el presidente Calderón reiteró la importancia que tienen en la vida social los líderes religiosos, por lo que les pidió su apoyo en la lucha del gobierno Federal en contra del crimen organizado”.
En escueto comunicado, se indicó que Calderón y los jerarcas católicos abordaron “asuntos de mucho interés”, entre ellos la seguridad e impartición de justicia, y el desarrollo social, así como los “temas prioritarios y estratégicos en la agenda federal”.
El presidente estuvo acompañado por el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño; la subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Ana Teresa Aranda, y por su secretario particular, César Nava.
La prensa esperó infructuosamente a los cardenales y obispos para entrevistarlos, porque estos ingresaron y salieron por puertas de Los Pinos donde habitualmente no ingresan los invitados.