■ Golpe, la anulación de impuestos a las exportaciones agrícolas
Busca el gobierno argentino recuperar el rumbo político tras derrota en el Senado
Buenos Aires, 18 de julio. El gobierno argentino, aún sacudido por la derrota de una ley clave en el Senado que anuló una polémica alza en los impuestos a las exportaciones agrícolas, buscaba este viernes recuperar el rumbo asegurando que mantiene su convicción de defender los intereses populares, aunque está dispuesto a revisar sus políticas en una decisión que busca sacar al país de una profunda crisis política y que fue aplaudida por el sector rural, la oposición y los mercados.
La decisión llegó un día después de que fracasó el plan de la presidenta Cristina Fernández, que buscaba que el Congreso ratificara la polémica medida que despertó la furia de los productores agropecuarios de Argentina, uno de los mayores proveedores mundiales de alimentos.
“Corresponde tomar las medidas que posibiliten destrabar la situación”, dijo en conferencia de prensa el jefe de gabinete argentino, Alberto Fernández, al leer el decreto que anula los criticados impuestos móviles y repone para la soya, la principal exportación del país, la tasa fija de 35 por ciento que regía antes del comienzo del conflicto, como reclamaban las entidades rurales.
El funcionario agregó que “tal vez más adelante” el gobierno envíe al Congreso un nuevo proyecto sobre exportaciones agrícolas.
El impuesto buscaba redistribuir la renta extra del sector agropecuario hacia los sectores más desprotegidos y contener los precios internos de los alimentos, según el gobierno, pero los analistas creen que necesitaba esos fondos para pagar deuda pública y financiar un creciente gasto.
La reacción inicial del sector rural fue de algarabía, tras más de cuatro meses de resistir el alza impositiva con huelgas y bloqueos de carreteras que tensaron la relación con el gobierno y derrumbaron la imagen de la mandataria, que hasta ahora siempre había elegido confrontar con el sector.
Los mercados también aplaudieron la derrota oficial. Inmediatamente después del anuncio, el peso y la bolsa recortaron pérdidas mientras que los bonos saltaron, al tiempo que en Chicago los precios de la soya tocaron sus mínimos de la rueda ante la expectativa de que la decisión del Senado multiplique la oferta de mercancía argentina.
Durante la mañana, un ministro ya había dado pistas de este cambio de estrategia al admitir que, si bien el gobierno mantenía la convicción de defender los intereses de los más desprotegidos, estaban dispuestos a revisar políticas.
“La política es política, todos los días se practica y es tan dinámica que obliga forzosamente a que se revise todos los días”, dijo el ministro de Justicia argentino, Aníbal Fernández.
En la Cámara de Diputados la norma fue respaldada el 5 de julio por 129 votos contra 122, mientras que en el Senado el vicepresidente del país, Julio Cobos, quebró la paridad de 36 sufragios luego de tenso debate de 18 horas.
“No estoy traicionando a la presidenta. Que envíe otro proyecto. Quiero que se alcance consenso. La historia me juzgará”, afirmó Cobos, quien después de su voto afirmó que no renunciará.
Según la Constitución, el vicepresidente de la república, titular de la Cámara alta, tiene el poder para desempatar la votación.