Desde Otras Ciudades
Sólo para motos
Ampliar la imagen Movilización de motociclistas, en Santiago tomada de la Internet Foto: tomada de la Internet
Santiago. Hay un viejo chiste de un ciclista que choca de frente contra un auto en medio de la oscuridad de la noche, porque poco antes se había hecho a un lado hasta que se dio cuenta de que no era un vehículo de cuatro ruedas el que tenía por delante, si no dos motos. El chascarrillo, sin embargo, esconde una verdad: En Santiago de Chile las autoridades estiman que autos y motos son incompatibles.
Es por eso que en el centro de la ciudad, en la medida que avanza la primavera austral, aparecen los estacionamientos exclusivos para motos gracias a que el calor en aumento hace apetecible su uso. Las motocicletas como herramienta para el transporte personal son relativamente nuevas en este país.
Una década atrás eran simplemente para hacer deporte o turismo y se les consideraba un juguete raro para hijos de papá. Hoy, pese a que los precios han cambiado y una motoneta asiática cuesta más que un auto con no más de cinco años de uso, las dos ruedas están de moda.
Tanto que Hugo Goldman, dueño de una mueblería céntrica, sacó juegos de sala y de comedor y los cambió por aparatitos llegados desde China. Eso también incentivó los estacionamientos solo para las ruidosas y peligrosas motos, cuyos desencuentros con la Ley de Gravedad no son misterio para nada. Hoy, en un radio de unas 20 manzanas hay al menos siete de estos estacionamientos y aparecen igualmente en los supermercados, cuidados celosamente por sus usuarios, para que no se les cuelen autos.
Enrique Gutiérrez, corresponsal