■ Sus lienzos fueron atribuidos a figuras como Tiziano y El Greco
Con La virgen y el violín, Boullosa venga a la pintora Sofonisba Anguissola
Ampliar la imagen En el libro, Carmen Boullosa presenta un amor imposible entre Anguissola y Renzo Klotz, personaje ficticio que resulta ser un antepasado de los Stradivarius Foto: Carlos Cisneros
La escritora Carmen Boullosa en su más reciente novela La virgen y el violín, explora la vida de la artista renacentista Sofonisba Anguissola y recrea la historia de un amor imposible, a partir de las obras de la mujer que despertó el entusiasmo de varios pintores como Miguel Ángel, Van Dyck y Diego Velázquez.
“Me obsesionó este personaje -explica la autora- porque en los autoretratos de Sofonisba vi en en sus ojos a una persona que tenía tendencia a la melancolía, donde la lágrima está a punto de salir. Ojos que reflejan sus viajes por los territorios que hoy llamamos depresión.
“Me llamó la atención su melancolía al lado de una dulzura que hay en sus lienzos. Había un territorio de sentimientos que me interesaba explorar”.
Boullosa le pone palabras a las pinturas de la artista italiana que fueron atribuidas a Tiziano, El Greco, Zurbarán y Sánchez Coello y más que reivindicar a la artista renacentista, se trata de una venganza para “demostrar que a ella no le quitaron la autoría de sus obras, ni el deseo de ser feliz”.
Reconoce que la novela, editada por Siruela, sí es feminista y remarca la injusticia en la estructura de la familia y la vida privada de Sofonisba y sus hermanas.
“El padre niega la mano de Sofonisba a alguien porque todo el patrimonio familiar tenía que quedar en el hijo varón. Eran cinco hijas mujeres y el sexto era hombre. Las cinco mujeres no se iban a casar porque de esa casa no iba a salir dinero; tenía que quedarse todo para el hombre y además tenía que acrecentarse el patrimonio.”
Al referirse a la estructura de la obra, Boullosa explica: “Escribí la novela casi como se escribe un cómic. Fui viendo las pinturas y armando la cronología de sus cuadros. Conté la historia leyéndola en ella, en los lienzos, imaginando los agujeros que no aparecían en la pintura”.
Boullosa relata la vida de Sofonisba Anguissola atraída por esa melancolía que percibe en su obra y después de una ardua investigación descubre que no se casó joven porque no tenia dote, su primer marido que le escogió el Rey Felipe II murió a manos de piratas y su segundo compañero levantó en su honor un monumento fúnebre cuando hacía ya una década que ella había muerto.
Todo lo anterior es la parte real de la novela, pero faltaba el ingrediente de ficción y la autora lo encontró en el personaje de Renzo Klotz, a quien supuestamente le negaron casarse con Sofonisba. Al respecto, detalla Boullosa que “en el primer retrato que encontré de Sofonisba, en el medallón de la familia que ella está sosteniendo, adentro están todos los miembros de su familia y hay dos letras que nadie sabe quién es, son una R y una K, así invento a Renzo Klotz y como siempre me gustaron los violines, Renzo es el abuelo de los Stradivarius”.
Añade que Renzo trae a la novela otra corriente de realismos como son los artesanos que trabajan en los talleres, procedentes de diversas partes del mundo. “Al revisar la Europa renacentista no todos son blancos y es un lugar común pensar que en el Renacimiento Europa estaba llena de blancos como se ve en las pinturas y se lee en los textos, pero había gente de todo el mundo.
Finalmente, la autora de novelas como El Velázquez de París y La otra mano de Lepanto asegura que próximamente regresará a México narrativamente.