■ Lamentan sus coordinadores la poca afluencia de los mexicanos
Pretenden “relanzar” al Polifórum Siqueiros con un perfil más “popular”
Ampliar la imagen Vista externa del Polifórum Siqueiros, ubicado en la colonia Nápoles, el cual recibe pocos visitantes, “aunque en fines de semana llegan a venir hasta 200 personas por las visitas guiadas y contactos con escuelas” Foto: María Luisa Severiano
Pese a contar con “el mural más grande del mundo” –de unos 2 mil 400 metros cuadrados en el interior del Foro Universal, más unos 6 mil de los 12 paneles y la barda exteriores–, con el atractivo de uno de los artistas mexicanos más importantes, vigentes e innovadores del siglo XX y con una ubicación más que adecuada, el Polifórum Siqueiros es poco conocido y visitado por el público mexicano.
Por ello, los responsables de ese centro cultural que combina arquitectura, escultura y pintura han decidido comenzar una nueva etapa para “relanzar” dicho espacio ubicado en Insurgentes Sur 701, en la Nápoles, dándole un perfil más “popular” a sus actividades de exposiciones, literatura, música, danza, teatro, talleres, conferencias y presentaciones, que se desarrollan en sus distintos espacios y galerías.
La necesidad de esa “apertura” destaca cuando se revisa la vigencia de la obra y de muchos aspectos de la visión del mundo de David Alfaro Siqueiros (Ciudad Camargo, Chihuahua, 1896-Cuernavaca, 1974), considerado junto con Diego Rivera y José Clemente Orozco una de las tres grandes figuras nacionales e internacionales del muralismo mexicano.
Dicha visión siqueiriana se exhibe en gran parte en su mural La marcha de la humanidad, inaugurado junto con el Polifórum en forma de diamante en 1971, con el mecenazgo fundamental del empresario español Manuel Suárez, radicado en México y conocido por su apoyo al arte y la construcción en Cuernavaca del Casino de la Selva, ya destruido para poner en su lugar un centro comercial.
Males de ayer y hoy
Es una obra monumental potencializada por un espectáculo de luz, sonido y una plataforma giratoria para disfrutar mejor sus múltiples detalles, que si bien plantea los males y el enfrentamiento de la humanidad consigo misma, también habla del fin del odio y la violencia, de la esperanza del surgimiento de un hombre, una mujer y un mundo mejores.
“Adelante, adelante, por este camino interminable”, dice de hecho la voz en off del mismo Siqueiros, quien días después de la inauguración declaró:
“Me he esforzado por presentar la historia de la lucha de la humanidad, su hambre, su miseria, sus derrotas transitorias y, en consecuencia, sus desfallecimientos y nuevamente sus luchas, con el anhelo de lograr su emancipación. Todo esto, aunado a la esperanza de conseguir su victoria final, paralela ésta a los grandes avances de la ciencia, que llevan a la humanidad en su marcha hacia el cosmos.”
Para ubicar la vigencia de esa crítica y esperanza de Siqueiros, el coordinador cultural del Polifórum, Alejandro Piña, señala que La marcha de la humanidad “no tiene tiempo”, pues hoy, como ayer, persisten “el hambre, la represión, la injusticia y los líderes falsos”.
Por lo pronto, para comenzar con el relanzamiento del Polifórum, la coordinadora de difusión, Dolores Bonillas, menciona la exposición, con entrada gratuita, Pintura al desnudo, una serie de cuadros creados al óleo con base en fotos en blanco y negro por el artista hiperrealista Juan Carlos Manjarrez, nacido en Guadalajara en 1970.
Bonillas habla también de la necesidad de mayor apertura de ese espacio, pues a veces sólo se registran entre 10 y 20 espectadores en el espectáculo de luz y sonido, aunque como existe un programa de visitas guiadas y contactos con escuelas, hay fines de semana que asisten hasta 200 personas.
Para estar al pendiente de la nueva programación y labor de difusión de las actividades del Polifórum, recomienda consultar la página www.polyforumsiqueiros.com.mx.