■ Existen 127 tanques atmosféricos con “riesgo potencial”
Peligro latente en refinerías de Pemex por el incumplimiento del consorcio Pemopro
La Gerencia de Seguridad Industrial y Salud Ocupacional de Pemex Refinación detectó que en sus cinco refinerías se encontraron 127 tanques atmosféricos, del Sistema Nacional de Refinación (SNR), con anomalías y que constituyen “un peligro latente de incidentes graves” y “representan un riesgo potencial para las instalaciones y el personal”.
La Jornada cuenta con un reporte del 27 de febrero pasado, en el cual el gerente de esa área, Alfredo Díaz Rodríguez, refiere que de esos tanques sólo fueron programados 15 para su reparación durante 2008, “situación que aumenta la probabilidad de ocurrencia de incidentes”.
En 32 de los casos se trata de las refinerías de Cadereyta y de Madero, que fueron reconfiguradas a finales del sexenio de Ernesto Zedillo y en los primeros dos años de la administración de Vicente Fox por el consorcio Pemopro (Sunkyong, Tribasa y Siemens), que –como publicó este diario en julio de 2002– incumplió un contrato otorgado de manera irregular y entregó la planta con fallas, lo cual constituyó un fraude a Pemex.
Las inspecciones se realizaron a partir de “diversos incidentes ocurridos en tanques atmosféricos del SNR” por personal de la gerencia de mantenimiento y de la subdirección de auditoría en seguridad industrial y protección ambiental, de la gerencia a cargo de Díaz Rodríguez.
En el oficio, dicho funcionario agrega: “se emitió el reporte respectivo de aquellos tanques que representaban anomalías en su operación y que representan un riesgo potencial para las instalaciones y el personal”.
Seis años después, en el oficio GSIR-163/2008, titulado “Peligro latente de incidentes graves en tanques de almacenamiento atmosférico”, Díaz Rodríguez informó a los gerentes de Mantenimiento de Refinerías y de Control de Producción, Alvaro Muro González y Gerardo Páramo Hernández, respectivamente, del resultado de visitas técnicas a las refinerías de Cadereyta, Madero, Minatitlán, Salamanca, Salina Cruz y Tula, realizadas entre julio y agosto de 2007.
Ante ello, el ingeniero Díaz Rodríguez recomendó: “por lo anterior solicitamos su oportuna intervención para considerar como prioritarios aquellos tanques que presentan anomalías y que fueron recomendados atender en el reporte de la visita técnica conjunta, con el objetivo de evitar incidentes”.
A pesar de que en ese momento solicitó “la oportuna intervención” de las áreas respectivas, apenas el 10 de marzo pasado el gerente de Control de Producción, Gerardo Páramo Hernández, envió un oficio conjunto a los gerentes de las cinco refinerías para reportarles de la necesidad de iniciar los trabajos de reparación de los tanques.
La reconfiguración de las refinerías a cargo del consorcio Pemopro no sólo sufrió retrasos en su entrega, sino que Pemex debió pagarle trabajos no incluidos en el contrato, aun cuando la obra presentó fallas denunciadas en su momento ante la entonces Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam), que encabezaba el panista Francisco Barrio Terrazas.
La asignación a Pemopro del contrato para la reconfiguración, documentó la desaparecida Secodam, se hizo de manera irregular, y además el retraso de la obra elevó los costos del proyecto original, que era de mil 998 millones de dólares, en más de 40 por ciento. Además, ese consorcio internó ilegalmente a 4 mil obreros y técnicos de Corea del Sur, Filipinas y Tailandia que desplazaron a la mano de obra local.