■ “Los gobiernos suelen exagerar sus necesidades en la materia”
Alertan sobre negligencia mundial para destruir excedentes de armas pequeñas
Nuva York, 20 de julio. Especialistas asistentes a la tercera reunión semestral de estados sobre armas pequeñas y ligeras, de la Organización de Naciones Unidas (ONU), coincidieron en que la negligencia de los gobiernos y la falta de salvaguardas básicas facilitan la proliferación de ese tipo de armamento en el mundo.
Un panel de expertos de la ONU definió las armas pequeñas como aquellas capaces de ser transportadas por una persona, a diferencia de las ligeras, que requieren de dos o más, un animal de carga o un vehículo pequeño.
Se consideran armas pequeñas: fusiles, carabinas, metralletas, rifles de asalto, revólveres y subametralladoras.
El tráfico de armas pequeñas “es quizá el mayor desafío que debe afrontar el Programa de Acción para Erradicar el Comercio Ilegal de Armas Pequeñas y Ligeras”, señaló el canciller de Nigeria, Lawrence Olufemi Obisakin, representante de las naciones africanas en la reunión.
“Se necesita un esfuerzo colectivo más comprometido de todos los involucrados, ya sean productores de armas pequeñas y ligeras o víctimas de su tráfico, dadas las graves consecuencias sobre la seguridad de las personas y las propiedades, en especial en África y en el resto de las naciones en desarrollo”, añadió.
Las armas pequeñas son causantes de la muerte de 200 mil personas al año fuera de conflictos armados, según un informe elaborado por el Grupo de Trabajo sobre Armas Pequeñas (SAWG, por sus siglas en inglés) en 2006.
El SAWG es una alianza de organizaciones no gubernamentales de Estados Unidos dedicada a fomentar un cambio de las políticas de este país y del mundo en materia de armas.
En su estudio de este año, divulgado el lunes, SAWG concluyó que el origen de las cantidades significativas de armas pequeñas ilegales es el enorme excedente de reservas que poseen los gobiernos.
El Programa de Acción para Prevenir, Combatir y Erradicar el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras, creado por la ONU en 2001, recomienda proteger o destruir los excedentes de armas pequeñas; sin embargo, no existe consenso internacional acerca de qué cantidad es excesiva.
Dado que la definición de esa cifra queda en manos de los gobiernos, éstos suelen exagerar sus necesidades en la materia.
De las 200 millones de armas de fuego que se estima que manejan los ejércitos de todo el mundo, al menos 76 millones sobran, según el estudio.
“En la ONU y en otros foros de negociaciones, los estados son muy reticentes a aceptar cualquier cosa que pueda parecer una norma internacional que defina el excedente”, señaló Keith Krause, director de programa de la Encuesta de armas pequeñas, proyecto de investigación, del Instituto de Estudios Internacionales de Ginebra.
“Se trata de una prerrogativa nacional y harán todo lo que puedan para justificar su arsenal excesivo”, añadió.
Se destruyen grandes cantidades de armas pequeñas, pero aun así no es suficiente si se compara con la producción. Las naciones suelen preferir exportar el sobrante que destruirlo.
Aumentar la cantidad de armas que se destruyen para por lo menos igualar la producción anual “no requeriría un gran esfuerzo de la comunidad internacional”, según Krause.
Lo más alarmante respecto de los arsenales excesivos es la cantidad de robos y desvíos de armas que se hubieran podido evitar mediante salvaguardas básicas de seguridad física y de responsabilidad, concluyó el estudio.
“Por desgracia, el sistema de gestión de reservas no es efectivo en muchos países”, señaló Jürg Streuli, representante permanente de Suiza en la Conferencia sobre desarme.
“En algunos casos ni siquiera existe. La comunidad internacional no tiene capacidad para crear sistemas de gestión perfectos en todos los países”, añadió.
Un sistema de gestión perfecto de arsenales puede no ser viable, pero contar con salvaguardas básicas puede ayudar a prevenir el desvío de armas sofisticadas.
“Pueden aplicarse procedimientos administrativos muy simples para garantizar la seguridad de las municiones y las armas”, remarcó Krause.